
Josep Argemí, casado y con nueve hijos, está al frente de una de las universidades privadas y de inspiración católica más jóvenes de España -que celebra este año su décimo aniversario- pero que ha sabido posicionarse en cuanto a la formación de Ciencias de la Salud, Comunicación y Arquitectura.
Nueva titulación de Medicina
Argemí estrenará este año la nueva titulación de medicina, prevé cerrar un acuerdo con una escuela de negocios europea y se muestra crítico con el actual sistema de financiación de las universidades: defiende que el presupuesto no llegue a los centros públicos mediante las becas a los alumnos (en función de sus notas y su poder adquisitivo).
Estos podrán decidir en qué centro invertir su beca. La UIC tiene 4.000 alumnos (218 no europeos) y 350 profesores, se imparten 17 titulaciones en sus dos campus, en Barcelona y Sant Cugat del Vallès. Para este año tiene un presupuesto de 26 millones de euros (24 millones en 2007).
¿Cuál es la reforma de la financiación de las universidades que propone?
Yo soy partidario de que los alumnos sean valorados por su expediente académico a la hora de matricularse en una universidad y no tanto por su poder adquisitivo. No considero que sea justo que en una universidad privada paguen lo mismo dos estudiantes con niveles económicos bien diferentes. O que sólo los estudiantes con un poder adquisitivo elevado puedan acceder a la educación privada.
En España ningún político se atreve a cambiar la financiación de las universidades, como sí lo ha hecho el Reino Unido. Aquí, la financiación universitaria por becas se vería como una privatización de la Universidad y no es así. Yo soy partidario de que la universidad privada también pueda financiarse con las becas para eliminar injusticias de acceso.
¿Pero si las universidades privadas recibieran ayudas del Estado como becas crearía confrontación con las universidades públicas?
No. Las universidades deben competir entre ellas como lo hace la empresa privada porque así se mejora la calidad y la eficiencia de los ciclos formativos. De igual forma que determinadas empresas industriales privadas reciben ayudas, la universidad privada también puede recibir algún tipo de ayuda (a través de becas) para mejorar la competencia. Las universidades públicas españolas, por ejemplo, están financiadas por el erario público y no ha habido tradición de rendición de cuentas porque la autonomía universitaria se entiende como que la Universidad recibe y ella lo gestiona por su cuenta. Las universidades tienen que rendir cuentas en la calidad de la enseñanza como en la fiscalización de sus recursos.
¿La Universidad debe aspirar a ser una escuela de negocios para formar en un mundo competitivo?
El programa de Bolonia pretende perseguir al mundo anglosajón de la formación superior. La Universidad europea tiene unos valores que no tiene la anglosajona, que es muy buena en técnica y con una excelente base en investigación, y tiene una elevada transferencia del conocimiento desde los foros intelectuales al mundo empresarial.
Hasta hace poco tiempo se daba el caso de universidades con investigadores muy buenos cuya única preocupación era patentar sin sacar rendimiento a sus hallazgos, con lo que ha habido una sangría de investigadores y expertos que se han ido por esa mentalidad quijotesca del mundo universitario español, en el que ganar dinero era algo que no estaba muy bien visto, mientras que en el mundo calvinista el dinero es una bendición de Dios.
En el mundo latino, el universitario era un Quijote más romántico, y la universidad española debe ser consciente de que el conocimiento de sus expertos no debe quedárselo sólo en sus publicaciones sino que debe cobrar por ello. Las escuelas de negocios son escuelas de formación de directivos, pero sin que la investigación sea su fuerte y ahí es dónde debe competir la Universidad.
En la UIC combinamos prácticas con formación. El 50 por ciento de la formación en Enfermería y Medicina se realiza en hospitales. Y en arquitectura y comunicación. Tenemos acuerdos con la Politécnica de Turín para carreras industriales y alianzas con escuelas de negocios latinoamericanas en Aden y buscamos asociarnos con una escuela de negocios europea para poder unir formación y empresa.
¿Es usted partidario de poder convalidar títulos de universitarios que no sean europeos para que puedan seguir en nuestro país sus estudios?
Los inmigrantes de otros países tienen ciertos problemas porque los lenguajes no siempre son los mismos en cuanto al contenido de los programas en carreras como Derecho o Medicina. Por lo que no soy partidario de la convalidación directa de los títulos con estudiantes no comunitarios.
Yo creo que habría que realizar convenios bilaterales con las universidades asiáticas, latinoamericanas y africanas para converger con Europa y que se establezcan criterios de calidad y estándares europeos. El día que exista un sistema de calidad objetivo no habrá problema. La discriminación no hay que hacerla por el país, sino por el contenido de la calidad de la formación que ofrece.