Turismo y Viajes

Recorriendo Myanmar

Durante mi recorrido por Asia como mochilera visité Myanmar. Mis 17 días allí supusieron un genial descubrimiento de un país que resultó ser un diamante en bruto, lleno de sonrisas, buenas personas y experiencias.

Desgranando sus rincones de norte a sur, fueron muchas las ocasiones en las que me parecía estar en el decorado de una película. Sus árboles de copas perfectas, sus carros tirados por mulas, sus ruedas llenas de barro, el color de la ropa de la gente, sus sonrisas desgastadas por el tiempo, las arrugas propias del cansancio y de la felicidad. Y la luz. Esa luz tan evocadora, suave y amarillenta que confería a todo lo que tocaba un aspecto de ensoñación, como un cuadro de la escuela holandesa del XVII.

Recorriendo Myanmar uno se topa con increíbles cascadas donde te puedes bañar sin tener gente alrededor. Recuerdo una en concreto, en los alrededores de Hsipaw, que formaba una especie de cortina de cabello de ángel cayendo impasible por una roca lisa e impoluta.

Recuerdo también la sensación de estar braceando a los pies de ese aluvión de agua, contemplando semejante paisaje: florecientes maizales, riachuelos, más cultivos y alguna que otra columna de humo proveniente de la quema de las malas hierbas.

Viajar por Myanmar es toda una carga de energía e inspiración. Su paleta de colores no da tregua al aburrimiento ni al bostezo. Sencillamente es una explosión de los sentidos. El verde de sus arrozales inundados por la lluvia es un verde saturado de aromas, de frescura y hasta de buena onda. Los azules de un cielo amenazante de lluvia le ponen a uno en alerta mientras que se pregunta cómo es posible que puedan confluir tantos colores en un mismo trocito. El blanco y el negro hacen de las suyas concibiendo algunos de los mejores contrastes de luces y sombras que vi en un mismo espacio.

Se me quedan muchas fotografías por el camino, y también muchas impresiones. Recorrer Myanmar a pie no supone la misma experiencia ni el mismo paisaje de un punto a otro. Por eso se me hace difícil intentar abarcar ese lugar donde las palabras no llegan y los recuerdos lo inundan todo. Espero que este post te haya regalado por lo menos una pequeña impresión de la magia de este país.

Por Patricia Ibañez, del blog Impresiones del Mundo.

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