
Gracias a la tecnología, viajar es cada vez más sencillo y eficiente, y nunca estuvimos tan conectados durante nuestros desplazamientos. Esta es una de las afirmaciones incluidas en el informe 'Innovación 2020. El futuro de los viajes', elaborado por Carlson Wagonlit Travel y la consultora Contagious, en relación a las implicaciones del creciente papel de la tecnología en los viajes. Una palabra se perfila como clave: hiperconectividad.
Resulta obvio que la gente viaja en el presente con más intensidad que nunca. Pero es más, durante la próxima década la población mundial aumentará en más de 1.000 millones de personas y, según las previsiones de Amadeus, el mercado mundial de los viajes crecerá a un ritmo anual del 5,4%, superando el crecimiento del PIB mundial en un porcentaje anual del 2%. En ese nuevo contexto habrá dos aspectos fundamentales a considerar: uno, que China -con su emergente clase media- se alzará como el mayor mercado de viajes domésticos; y dos, que la población mundial será "móvil". El informe "Mobile Economy 2014" de GSMA prevé que en 2020 existirán 9,2 mil millones de conexiones móviles activas repartidas entre 4,3 mil millones de suscriptores únicos. La hiperactividad será la norma, sentencia el informe.
En este mundo hiperconectado, las interacciones serán esencialmente digitales. Microsoft prevé que en 2020 el 85% de todas las interacciones con los clientes se realizará de manera digital. Los dispositivos móviles se convertirán en extensiones de uno mismo y la gente esperará recibir a través de ellos ofertas y servicios personalizados. En lo que a los viajes de negocios respecta, que son el área que afecta a Carlson Wagonlit Travel, esta tecnología digital combinada con la asesoría personalizada supondrá que los viajes de negocios tal como los conocemos habrán cambiado para siempre.
Los viajes de negocios del futuro
En un futuro que atisbamos cada día más próximo, los viajeros estarán permanentemente conectados a los agentes y servicios desde la compra del viaje hasta después del mismo. Esto implicará que cualquier contratiempo que pueda surgir podrá ser resuelto en tiempo real o incluso prevenirse. Asimismo, los servicios serán más personalizados, ya que estarán dirigidos a un individuo concreto en cada etapa precisa de su viaje.
La línea entre el comercio tradicional, el comercio electrónico y el comercio móvil irá desapareciendo, de modo que el salto de una a otra plataforma se producirá sin problemas. Los viajeros entrarán en contacto con su consejero de viajes de la forma que lo deseen y precisen, pasando del teléfono, a la reserva on line y a la confirmación vía móvil sin problemas.
El consumo consciente será otro de los aspectos a considerar. Las empresas podrán optar por opciones respetuosas con el medio ambiente (vuelos con combustibles alternativos, trayectos en tren...). Y se abrirá paso la colaboración sistemática, con lo que los viajeros podrán ser acomodados automáticamente en función de sus preferencia o generando eficiencias (taxis compartidos, por ejemplo). Más allá de esto, la disponibilidad de los datos sociales y perfiles de usuario podrá dar lugar a felices coincidencias, poniendo en contacto a los viajeros con amigos y colegas que quizá desconocieran que se encontraban en la misma ciudad.
La tecnología afectará a muchos aspectos durante el propio viaje. La biotecnología será un elemento que transformará y simplificará los desplazamientos. Identificación biométrica y biotecnología se convertirá en algo común, sustituyendo contraseñas y pasaportes. Escáneres de retina, huellas dactilares o de venas de las manos sustituirán a las identificaciones por foto. La seguridad tenderá a hacerse "invisible" y será más ágil el paso por los controles.
Los monederos digitales irán reemplazando al efectivo, lo que facilitará que los viajeros puedan realizar un seguimiento efectivo de sus transacciones, registrarlas y sincronizarlas a través de distintos dispositivos. Al mismo tiempo, puesto que los destinos también se hacen más "inteligentes", los itinerarios del viajero se confeccionarán con todo lujo de detalles, mejorando la experiencia global. La asistencia al viajero será permanente gracias a las conexiones wi-fi universalmente disponibles, a la conectividad inalámbrica y a una penetración de los dispositivos inteligentes cercana al 100%. Es más los viajeros esperarán un servicio 24 horas al día / 7 días a la semana de los agentes y proveedores, con traducciones en tiempo real y una atención "cara a cara" gracias a los video-chats. En clave positiva, el informe afirma que la tecnología mejorará la interacción humana y las relaciones entre los agentes y los clientes se afianzarán en lugar de ser meros servicios puntuales.