
El turista tipo ha evolucionado de mero espectador a viajero activo, alguien que desea intervenir, compartir, comprender y aprender con la gente de los lugares que visita. Esto predica al menos el último 'Informe de cambios de comportamiento en España', elaborado por la consultora de investigación y estrategia Labrand, que lleva por título en 2014 'El factor humano'.
Labrand argumenta que la incidencia del factor humano se extiende al ámbito del turismo. En consecuencia, encontramos un turista que prefiere viajar despacio y sin estrés, que quiere desconectar de la tecnología y que mira al mundo con curiosidad y humildad. El sector turístico, a su vez, comienza a dar respuestas a este nuevo perfil de viajero. Así surgen iniciativas como los tours y guías para expertos, los hoteles con servicios de "detox digital" o los congresos de "gente curiosa".
Según esta consultora, el comportamiento del turista se fundamenta en tres corrientes: viajar despacio, aprender viajando y la evolución de turistas a viajero.
Paso a paso
Conocer el mundo ya no es ver muchas cosas en poco tiempo y estresarse por llegar a todas partes, cumpliendo con el Top10 de las visitas obligatorias según la guía de turno. Ahora se trata de estar a pie de calle, conviviendo con la gente del lugar y aprendiendo de ellos, sumergirse sin prisa en cada nuevo escenario. Esto permite también a los nuevos viajeros desintoxicarse del estrés y de la ansiedad de sus vidas cotidianas... y huir de la dependencia tecnológica.
De ahí que el turismo a pie, en bicicleta o en tren cobre auge. En Japón han llegado incluso al extremo de inventar el concepto de slow taxi y la empresa Turtle Taxi ofrece a sus clientes un viaje lento y relajado.
La nueva sensibilidad de turista le lleva también al deseo de aprender viajando. Viajar es un medio de buscar y disfrutar de nuevas experiencias más enriquecedoras, de probar cosas nuevas, de aprender y experimentar. Esa es la idea y de ella nacen iniciativas como Literary Tourist, que aporta una guía y directorios de librerías para los viajeros interesados en la literatura, o Arquitectotours, una agencia de turismo enfocada a los amantes de la arquitectura. En Barcelona, incluso, se ha organizado el primer "Congreso de Gente Curiosa" vinculado al astroturismo y la observación del cielo.
Finalmente, la evolución de turista a viajero, un matiz importante que define a quien no quiere dejarse encasillar en los viajes estandarizados y prefiere "tomar las riendas" de su propio viaje. Aquí encontramos iniciativas novedosas como la del hotel Pulus One de Berlín, que pone en contacto a sus huéspedes con residentes lcoales para descubrir la ciudad según sus intereses.
Al mismo tiempo surgen opciones como el "house sitting", una fórmula de intercambio que permite alojarse gratis en casas de otros a cambio de cuidar de su mascota. El intercambio de casa por vacaciones está creciendo y España es ya el segundo país europeo con más oferta. También se desarrolla una oferta de "restaurantes en casa", que reciben a turistas interesados en vivir experiencias auténticas con gente del país y que se sitúan al margen de la oferta comercial tradicional. Sin duda, los comportamientos de los viajeros están modificándose hacia nuevos patrones de conducta y consumo.