Turismo y Viajes

Egipto transforma el Templo de Debod con un espectáculo de música y danza

Desde hace más de 40 años, el más genuino 'embajador' de Egipto en España reposa en un privilegiado rincón de Madrid. El Templo de Debod, que corona el montículo del Príncipe Pío, muy cerca de la céntrica Plaza de España, fue un regalo del pueblo egipcio a nuestro país por su colaboración en los trabajos de la presa de Asuán. Anoche fue también el escenario de una velada de música y danza tradicionales bajo el título 'Sumérgete en Egipto', con la que la Embajada de Egipto quiso conmemorar el 75 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países y también la celebración del Día Nacional de Egipto, anticipada este año por las fechas del Ramadán.

El espectáculo arrancó al caer la tarde. Al atardecer, bajo la luz de los últimos rayos del sol, es cuando el Templo de Debod ofrece su aspecto más imponente. Por eso fue el momento escogido para comenzar. Más de 400 invitados y varios cientos más de viandantes que quisieron detenerse a contemplarlo pudieron seguir el espectáculo al aire libre de luz y música, que desarrolló hasta bien entrada la noche. El público disfrutó del talento del compositor y guitarrista egipcio Ali Khattab, al que siguieron los bailes de Nesma y su compañía Al-Andaluz Danza, que representaron danzas emblemáticas del folklore egipcio con coreografías del maestro -también egipcio- Mahmoud Reda.

Las intervenciones del embajador de Egipto en España, Ayman Zaineline, y del conocido escritor Nacho Ares, experto y enamorado de Egipto y su cultura milenaria, sirvieron de preámbulo a la actuación de músicos y bailarines, conduciendo el acto Marcial Corrales, director general de Idealmedia.

Zaineline se dirige al público ante la magnífica estampa del Templo de Debod, el mayor de los que se encuentran fuera de Egipto.

En su discurso ante el público allí congregado, el embajador egipcio destacó la fluidez de las relaciones entre España y Egipto, consolidadas en el transcurso de estos 75 años. "Egipto y España han recorrido un largo camino de amistad", afirmó. Zaineline también repasó los hitos de la historia de su país en estas más de siete décadas, desde el establecimiento de una república independiente, el 23 julio de 1952 (desde entonces ése ese es el Día de la Fiesta Nacional), a la revolución de enero de 2011, a partir de la cual "millones de egipcios dejaron claro que querían establecer una verdadera democracia". En línea con esta nueva etapa, el embajador hizo alusión al interés creciente y a las perspectivas de cooperación en los ámbitos del turismo, del transporte, de las energías renovables y de los recursos hídricos, entre otras áreas económicas.

El diplomático egipcio, que pronto será relevado al concluir el tiempo de su embajada en España, expresó su felicitación al nuevo rey Felipe VI por su proclamación y tuvo además palabras cariñosas para el rey Juan Carlos, al que definió como "un amigo cercano de Egipto y el mundo árabe".

El embajador de Egipto con su esposa e invitados.

El embajador Zaineline concluyó sus palabras congratulándose de la elección del Templo de Debod para albergar un evento tan especial como el organizado, en el que han colaborado la Embajada, la Casa Árabe en Madrid, el Ministerio de Turismo de Egipto, el Ayuntamiento de Madrid y el municipio de Moncloa. El Templo de Debod es el símbolo perfecto del vínculo entre Egipto y España, y como poco antes había subrayado Nacho Ares, un "embajador" con el que jamás hubieran soñado los antiguos egipcios, ni el mismísimo faraón nubio Adijalamani cuando en el siglo II a.C. grabó su nombre en este Templo para consagrarlo a la eternidad.

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