Con la intervención de la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, se cerrará hoy, en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, el II Congreso Internacional de Calidad Turística (CICTE 2013). Desde el miércoles, este encuentro ha congregado en la localidad canaria a más de 300 congresistas para debatir en torno a las tendencias de calidad de los productos y destinos turísticos.
CICTE, organizado por el Instituto para la Calidad Turística Española -el ICTE- ha "regresado" al mismo lugar donde a mediados de los años 90 nació el Sistema de Calidad Turística Española, promovido por un grupo de hoteleros. Sistema que hoy es ampliamente conocido por la marca 'Q' de Calidad Turística, extendida a múltiples subsectores turísticos. Marca que, por cierto, también ostenta, avalando la calidad de sus instalaciones, el propio palacio de congresos que hasta hoy acoge el encuentro.
Estructurado como un foro de debate sectorial, el CICTE se ha articulado durante sus tres jornadas de duración en torno a ponencias y mesas redondas abordando un abanico amplio de temáticas: desde las iniciativas internacionales que se están acometiendo en el ámbito de la calidad turística, con detalle de las experiencias de países como México, Japón y Chile, hasta la experiencia de la reconversión del producto turístico tras un desastre natural, ejemplificado por el caso de Lorca, la localidad murciana que en mayo de 2011 sufrió el efecto devastador de un terremoto.
Ttambién se ha hablado estos sobre el tratamiento del turismo en los medios de comunicación y cómo influye en la percepción del sector, de cómo la Administración turística ha tratado de aplicar criterios de calidad en sus planeamientos de marketing o de los retos y oportunidades que la calidad impone a los destinos turísticos maduros. Canarias es un buen ejemplo de ello, al igual que otros destinos como Andalucía o Galicia, cuya directora de Turismo, Nava Castro ha recordado precisamente que la calidad es "un trabajo diario" y "una apuesta colectiva" en la que la colaboración público-privada resulta esencial. Un punto de vista que, a buen seguro, también habrá de recoger en su intervención la secretaria de Estado de Turismo, quien aportará el punto de vista de la Administración central.