Para convertirse en un crítico gastronómico no solo hay que dejarse llevar por el paladar, sino también de lo que se aprende en los libros... "Todo está en los libros", rezaba un antiguo programa de televisión. Hoy, el método es on-line, pues adelante.
Gastroactitud es el nombre que el tándem José Carlos Capel-Julia Pérez han pensado para impartir sus cursos de Crítica Gastronómica "no presenciales", esto significa que el aprendizaje -los autores prefieren llamarlo training- será vía on-line. La apuesta parece arriesgada, pero patentes quedan las ganas de aprender que tiene el aficionado a los bebibles y comestibles en estos últimos lustros de expansión gastronómica en nuestro país. Así que, bienvenida sea la nueva web, que nace con vocación lectiva... aunque, naturalmente, el carácter formativo no excluye el aspecto lúdico.
Se ha creado un "Club de Foodies", que versará sobre las opiniones de todos aquellos a los que la pasión gastronómica les una, con objeto de crear una guía de restaurantes internaciones que merezcan la pena de considerarse realmente creativos en la excelencia del buen comer y emblemáticos por su arquitectura y luz ambiente, y a la vez desterrar la "guarricocina" -término inventado (con agudo criterio) por Julia Pérez- que campea a sus aires desde la invención de la cocina fusión.
La presentación de Gastroactitud.com tuvo lugar el lunes 16 en la prestigiosa tienda de vinos LAVINIA (Ortega y Gasset, 16. Madrid) en la cual que el que firma esta noticia tuvo la ocasión de probar -entre magníficos caldos de uva- unas finas láminas de jamón ibérico en forma "tarjeta de visita" procedente de uno de los ocho cerdos que han sido alimentados en montanera con dátiles de Elche y bellotas extremeñas por la firma CARRASCO Guijuelo. Excelso... a la vez que instructivo.
Lo dicho. Como se trata de unos cursos en "a nube" de formación vía Internet, lo mejor es visitar su web: www.gastroactitud.com para informarse de los pormenores. Y cuando vea el equipo de profesionales que lo forma, le entrarán ganas de convertirse en crítico gastronómico... para seguir aprendiendo el arte de la buena mesa.