Turismo y Viajes

Bussaco, enigma y belleza

Europa, además de la fastuosa Selva Negra, posee algunas joyas más, escondidas en los pliegues caprichosos de la geografía: Bussaco y su castillo en el corazón de Portugal.

Fui varias veces a La Mata (Selva) do Bussaco. Cada visita es un encuentro. O sea lo que quiere el viajero.

Hacia el siglo tercero ya se habían instalado en estos perfiles de la belleza los primeros anacoretas. Es una pista para no tener que describir lo que se ve o lo que se siente. Turner, de haberla conocido, hubiese correspondido con un lienzo.

Cuesta creer que un Paraíso Perdido, como Bussaco, fuese testigo de la épica victoria sobre Napoleón de las tropas inglesas y portuguesas comandadas por Wellington. Aquí queda su memoria y el olivo donde "se dice" ataba el caballo.

La Mata, Patrimonio de la Humanidad, culmina en un mirador, la Cruz Alta, que permite ver el fin del cielo y el flequillo del mar. O subir la espectacular escalinata de piedra hasta la Fontefría, rodeados por el mayor poema sin escribir: la población más cosmopolita de árboles y sus moradores, una autentica Capital de la Naturaleza. Bussaco es una belleza encerrada en otra como un bibelot.

No en balde Agatha Christie, tenaz viajera, se instalaba en la habitación nº 7 del Palace (www.themahotels.pt) para materializar sus ficciones. Compartir el mismo espacio que ella me resultó, cuando menos, enigmático.

Un castillo es de por sí una ficción materializada. Aleixandre Almeida lo incorporó al mito Palace, enriqueciéndolo con la profesionalidad de un equipo humano a la altura de acercarte al viaje único. La imaginación la pones tú.

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