Los chicos del blog www.eduyeriviajes.com, nos enseñan que Benicàssim es mucho más que sol y playa. ¡Atentos a este interesante artículo!
Benicàssim es un destino marcado por dos grandes tendencias turísticas: la de los viajes de sol y playa, desde hace más de un siglo; y la de los festivales, más reciente pero de éxito arrollador. Es innegable el poderío benicense en ambas materias, pero la ciudad tiene mucho más que ofrecer al viajero.
Y es que Benicàssim lucha contra sí misma. No sólo mantiene su hegemonía en las susodichas propuestas, sino que además se abre a otras dinámicas como rutas culturales, wellness, o turismo activo.
Al servicio de ese plan para desestacionalizar y diversificar su oferta turística están lugares tan interesantes como el Desierto de las Palmas. Este precioso Parque Natural de vegetación mediterránea se encuentra a cinco minutos de la playa.
Aunque el nombre sugiere dunas y calor, se llama así porque ésa era la denominación que recibían los lugares de retiro espiritual de los carmelitas. La Orden mantiene allí un Monasterio visitable. Otras alternativas de ocio en el lugar son nueve rutas de senderismo existentes, un centro de interpretación y un restaurante.
Y, hablando de lugares para relajarse, esta localidad es pionera en tratamientos de talasoterapia. El Hotel Termas Marinas El Palasiet recoge 40 años de tradición en la materia, siendo una de las grandes referencias de España.
Si no se busca relax, sino hacer un poco de ejercicio, la propuesta estrella es la Vía Verde del Mar. Es un itinerario ciclista de 5 kilómetros que comunica Benicàssim y Oropesa entre calas y acantilados, siguiendo el trazado de una antigua vía férrea.
Por último, no se puede hablar de ese Benicàssim alternativo sin hacer referencia a la Ruta de las Villas. La ciudad se convirtió en uno de los grandes destinos vacacionales de la Belle Époque. Hasta aquí llegaban familias acomodadas de toda Europa, construyéndose unos palacetes que competían entre sí por ser los más bellos. Dar un paseo con las villas a un lado y las playas al otro es el mejor ejemplo de que en Benicàssim se puede hacer de todo.
