
Más de 15 millones de españoles han visitado alguna vez una bodega. El enoturismo está de moda entre los viajeros españoles, puesto que el mundo del vino es una parte consustancial de la cultura español. Sin embargo, el verdadero reto para el futuro está en abrir el enoturismo a los viajeros internacionales. Luis Lechuga, responsable del portal Turismodevino.com, estima no sólo que sería "una gran oportunidad", sino que además "podría generar unos 50.000 puestos de trabajo directos en España en el medio plazo".
Para impulsar esta oferta enoturística será necesario salvar un problema que detectan en este portal especializado, "que, en muchas ocasiones, el público cree que al haber visto una bodega ya ha visto todas". Sin embargo, "esto no es así", recalca Luis Lechuga, como prueba el hecho de que cuando visitan otras bodegas "quedan encantados".
"El paisaje del viñedo en España es tremendamente variado y nada tiene que ver un viñedo en vaso en La Mancha con las terrazas del Priorat o con las viñas en tierra volcánica de Lanzarote", añade. Aparte de las diferencias que comporta la geografía, el responsable del portal señala que "cada bodega tiene sus historias y éstas son realmente fascinantes y diferentes. Hay mucho que contar y mucho con lo que divertir".
Otro de los retos del enoturismo es atraerse al segmento de los jóvenes, acercarlos a la cultura del vino. La clave estaría en provocar la curiosidad por la elaboración, los paisajes y las catas, convirtiendo al mismo tiempo la actual crisis en una buena oportunidad para las bodegas, porque, como ya ha reivindicado anteriormente Turismodevino.com, el enoturismo es una alternativa asequible de ocio y visitar una bodega es más barato que tomar una copa en un local.