Turismo y Viajes

La ministra de Fomento se reunirá mañana con Iberia para analizar el plan de reestructuración de la aerolínea

Rafael Sánchez-Lozano, consejero delegado de Iberia.

El Plan de restructuración de Iberia anunciado el pasado viernes y que supondrá un recorte de la plantilla de 4.500 trabajadores motiva la reunión que mantendrán mañana martes la ministra de Fomento, Ana Pastor, y los responsables de la aerolínea.

La titular de Fomento analizará el plan de restructuración decidido por International Airlines Group (IAG), el holding resultante de la fusión de Bristish Airways e Iberia, para "salvar la compañía y volver a ser rentables", en palabras de Rafael Sánchez-Lozano, consejero delegado de Iberia. Los puntos esenciales de ese plan de restructuración pasan por eliminar una cuarta parte de la plantilla "para salvar 15.500 puestos de trabajo", rebajar la flota en 25 aviones -cinco de largo radio y 20 de corto radio- y reducir la capacidad en un 15% durante el próximo año, así como la suspensión de las rutas y frecuencias que registren pérdidas.

Ante esta reducción de la oferta, Pastor ha declarado que la reunión que se celebrará mañana se encamina a "garantizar lo que es un área muy importante para la movilidad de los ciudadanos, la movilidad aérea". La ministra ha subrayado la importancia de que en España "funcione bien" el transporte aéreo, máxime en la medida que este sector soporta una de las actividades económicas más importantes del país, el turismo.

En la misma línea, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha manifestado su preocupación ante la situación de Iberia y ha apelado a la "responsabilidad" de la empresa para buscar acuerdos porque "España necesita tener varias compañías de transporte aéreo y que Iberia siga siendo una gran compañía".

Por su parte, IAG argumenta que el plan de reestructuración es "crítico" para el futuro de la compañía, que pierde 1,7 millones de euros cada día según corroboran sus directivos. Su objetivo es frenar el deterioro de caja en medio año y mejorar los resultados en al menos 600 millones de euros en 2015, logrando que la aerolínea vuelva a obtener beneficios.

IAG ha fijado el 31 de enero como límite para alcanzar un acuerdo con los sindicatos, que de entrada han rechazado el plan de restructuración y han prometido una "respuesta radical", al tiempo que han reclamado un "verdadero plan de viabilidad" para reconducir la compañía. Sánchez-Lozano ha advertido que "el tiempo juega en contra" y que de no alcanzarse un acuerdo "tendremos que tomar decisiones más radicales que conllevarán mayores reducciones de capacidad y de empleo".

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