
Mounir Fakhry Abd ElNour, ministro de Turismo de Egipto, afirmó ayer, en el transcurso de una rueda de prensa ofrecida en Fitur, que "el cambio político que se está llevando a cabo tras la Primavera Árabe afectará positivamente al futuro turístico de Egipto". El país confía en que 2012 se convierta en el año de su recuperación, alcanzando los niveles de llegadas de turistas previos al estallido de la revolución. En 2010 recibió más de 14 millones de turistas internacionales.
El ministro egipcio anunció que en 2011 fueron más de 9,8 millones de turistas los que visitaron el país, lo que supuso una caída del 32,2%. En su opinión, dadas las circunstancias se trata de "todo un logro". También avanzó que el Gobierno egipcio se ha marcado como objetivo doblar en 2017 el volumen de turistas que recibían antes de la Primavera Árabe, lo que colocaría a Egipto en el entorno de los 28 millones de turistas en apenas cinco años.
De momento, Egipto es consciente de que el año que tiene por delante va a ser un auténtico desafío. "El Gobierno va apoyar con fuerza al sector; debemos recuperar la confianza del turista y del empresario, y eso sólo se consigue con el apoyo institucional", proclamó el responsable de Turismo.
En los próximos meses el Gobierno egipcio desarrollará diferentes planes con el objetivo de implementar la competitividad, mejorar la sostenibilidad del sector turístico y aumentar la promoción de las distintas regiones del país.
Un destino seguro
Fakhry Abd ElNour reiteró que la situación social en su país es estable y el destino seguro para el turismo. La mejor prueba, los casi 10 millones de turistas que se recibieron en 2011.
La revolución que en enero del pasado año derrocó el régimen de Hosni Mubarak paralizó también el turismo en Egipto. Paulatinamente, los turistas fueron retornando, según iban pasando los meses y mientras el país iniciaba su proceso de democratización en firme con la convocatoria de elecciones generales. Fakhry Abd ElNour ha querido resaltar en Fitur que la agitación política que ha marcado el último año se ha ceñido a enclaves concretos, especialmente al epicentro de la revolución, la Plaza Tahrir, en El Cairo, y ha reiterado que el turismo ha estado al margen.
El ministro durante la rueda de prensa ofrecida ayer en Fitur, en la que estuvo acompañado por Magued Abou Sedera, consejero de Turismo de la Embajada (izqda.).
De hecho, el ministro egipcio ha recordado que desde el año 2005, cuando se produjeron varios atentados en Sharm-el-Sheik, ningún turista ha estado involucrado en incidente alguno en el país. Tampoco desde el estallido de la Primavera Árabe. La razón estriba en que tanto la población como las autoridades egipcias tienen absolutamente interiorizada la importancia capital del turismo para la economía del país, segunda fuente de divisas tras el Canal de Suez.