
Lisboa es una ciudad llena de encantos. Y su gastronomía es uno de "sus platos fuertes". Si visita esta ciudad en cualquiera de sus rincones puede encontrar una tasca, un restaurante, un bar donde degustar sus magníficos platos. Hoy vamos a hacer un rápido repaso de qué restaurantes lisboetas no se puede perder.
Empezamos por restaurantes legendarios que tienen un sabor clásico. A Travessa es uno de los mejores sitios para probar la cocina portuguesa de calidad. Situado en el convento das Bernadas, fundado en 1653 en el histórico barrio de Madragoa, el restaurante ofrece una extensa carta y como nota diferente un servicio de transporte llamado "Pao de Forma" que traslada al restaurante a los clientes que lo solicitan con una llamada telefónica.
En nuestra visita gastronómica por la capital portuguesa reservamos una mesa en el Pap'açorda. Un verdadero clásico de Lisboa, situado en el Bairrio alto, con decoración moderna e iluminación tenue. La carta es una simbiosis de cocina portuguesa con toques de modernidad, su carta de vinos está repleta de nombres famosos.
Y si nos apasiona la cocina moderna, que nos vean y ser vistos, tenemos que dejarnos caer por Bica do Sapato. El restaurante, del que es uno de los socios el actor norteamericano John Malkowicz, dispone de cafetería, restaurante y el sushi Bar, además de una terraza exterior y jardín. Un detalle más a valorar: a través de su terraza de vidrio se obtienen unas visitas preciosas del Tajo.
Realizamos una parada en el Bocca, situado muy cerca del Hotel Ritz Four Seasons, se trata de un restaurante con cocina a la vista donde se realiza una carta del chef Alexandre Silva fuertemente inspirada en la cocina tradicional lusa.
Tratando de encontrar el equilibrio entre un ambiente relajado y un estilo culinario con productos de calidad, nos dejamos caer en Tasca da Esquina. Además de la redescubierta gastronomía de otros tiempos en una versión más actual diseñada por el chef Vítor Sobral, en la Tasca, también se pueden saborear los vinos con más cuerpo de Lisboa y Portugal. Los diversos caldos incluidos en la carta de vinos se despachan por copa y cada uno ha sido tan cuidadosamente tratado que sentirá que han abierto la botella sólo para usted.
En cuanto a "los más nuevos de Lisboa" destaca Cantilho de Avillez. Localizado en Chiado, el restaurante Cantinho do Avillez es un espacio acogedor en el que la tradición y la modernidad conviven con naturalidad. La calidad es una prioridad para el chef José Avillez y en su local no se ha dejado nada al azar. La cocina, principalmente de inspiración portuguesa, incluye influencias de algunos de sus viajes. La carta ofrece una gran variedad de tapas, entrantes, platos y sobremesas. El servicio, simpático e informal, contribuye a un ambiente alegre y relajado.
En la Plaza del Comercio se encuentra el restaurante Aura Lounge Café, de estilo sofisticado, su cocina está en manos del chef Duarte Matias y del productor gastronómico Fabrice Marescaux, con un menú totalmente inspirado en los platos preferidos por los portugueses. Asimismo, en este emblemático lugar, podemos comer en el restaurante "Terreiro do Paço" que ofrece una cocina sabrosa, con carácter, tradicional en su esencia con personalidad contemporánea. El ambiente es alegre, acogedor y confortable, ideal para dos o estar con amigos, con buena música de fondo.
Once amigos se unieron por amor a la gastronomía y crearon Eleven. En este establecimiento de Lisboa el Chef Joaquim Koerper, alemán de nacimiento pero mediterráneo de adopción, practica una cocina de mercado que aprovecha los ingredientes disponibles cada día según la época del año. El espacio es modernista y minimalista con grandes ventanas al Tajo.
Una última recomendación, si usted es un romántico empedernido como yo, o simplemente quiere disfrutar de unas especiales vistas de la ciudad. El restaurante Panorama redefine el concepto de alta cocina en Lisboa, con carta gourmet de elevada calidad, inspirada en la cocina portuguesa y en el carácter inventivo del Chef Leonel Pereira. El diseño cuidado y elegante combina con la vista maravillosa sobre la ciudad de Lisboa desde la última planta del hotel Sheraton. Sencillamente arrebatador.