Dado que la gastronomía es un atractivo turístico en alza, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid no han dudado en sumar su apoyo a la VII Feria de la Tapa, que un año más organiza el Grupo Mahou-San Miguel en colaboración con la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración (AMER). La feria se inauguró ayer y permanecerá abierta en el Palacio de los Deportes hasta el domingo.
Este año son 39 los restauradores madrileños que toman parte en la Feria de la Tapa. Ellos prepararán sus mejores bocados en miniatura para disfrute del público. Se podrán degustar propuestas tan sugerentes como el huevo poche sobre crema de boletus foie y trufa negra aderezado con aceite y sal de trufa blanca del restaurante Gasset 57 o la piruleta de camembert regada con salsa de de frambuesas de La Pesquera.
Tapas más tradicionales como los callos a la madrileña, del Rincón de José, también tienen cabida en el certamen. El ganador de la pasada edición, El cenador de Valdemoro, repite con su tapa triunfal barco de salmón ahumando, helado de tomate y salsa de queso con eneldo para seguir deleitando a todos los madrileños y visitantes.
Todo un alarde de creatividad culinaria que no estará exento de competitividad porque, como en cada edición, se premian las mejores tapas. Y la mejor entre las tres mejores permitirá a su creador participar en el concurso nacional de tapas que se celebra en el marco de Madrid Fusión.
Pero mientras eso se decide queda por delante un fin de semana en que el que, si se repite el éxito de años anteriores, el Palacio de los Deportes madrileño va a registrar un lleno absoluto para disfrutar de ese binomio tan característico de Madrid, cañas y tapas. El pasado año fueron en torno a 60.000 las personas que pasaron por esta popular Feria de la Tapa.
Como entonces, la entrada al público es gratuita y el precio muy atractivo, 1,20 euros la tapa y 1,20 euros la cerveza. Además, los visitantes podrán participar en una serie de actividades relacionadas con el mundo de las tapas, desde aprender a tirar una caña, a cortar jamón o seguir alguna cata de cerveza.