A 150 kilómetros de la línea imaginaria del Ecuador, en el Océano Índico, se encuentra del atolón de Laamu. Un entorno natural privilegiado, que ha sido escogido por la cadena Six Senses para ubicar su último resort de lujo, Six Senses Laamu.
El establecimiento, enclavado en la isla de Olhuveli, está integrado por 97 lujosas villas que han sido cuidadosamente diseñadas para integrarse en la naturaleza. Se han empleado materiales locales y sostenibles para adaptarse al medio y minimizar el impacto sobre la belleza de la isla, un paraíso virgen de arenas blancas y aguas cristalinas, que ofrece a los huéspedes absoluta tranquilidad.
Para llegar a este recóndito lugar hay que tomar un vuelo de cuarenta minutos desde el aeropuerto de Malé o bien realizar un trayecto de 20 minutos en lancha motora.
El resort dispone de todo lo necesario para una grata y confortable estancia. También posee elementos originales, como su Chill Bar, donde uno de los cocteleros más destacados de las Islas Maldivas prepara exquisitos cócteles, algunos de ellos con ingredientes locales y frescos.
También es original la bodega del resort, que se denomina 'Altitude' por encontrarse a 6,4 metros de altura, en el interior de una torre de cristal sobre el mar. Allí se guardan los vinos más delicados, que pueden degustarse en el restaurante Longitude, este situado sobre el acantilado. En la carta destacan las ensaladas, pescados frescos y pastas.
El resort cuenta con otro restaurante, este especializado en cocina orgánica, que se encuentra sobre un jardín y sirve exclusivamente platos elaborados con productos frescos recolectados escasas horas antes.
Las instalaciones del resort se completan con un spa, que dispensa tratamientos asiáticos y se abastece de ingredientes autóctonos de las Maldivas para inducir al bienestar y la relajación.
Propuestas de ocio
La zona es adecuada para la práctica del surf. Los surfistas disfrutarán de la denominada ola ying-yang rompiendo sobre el arrecife. Aquí se puede practicar este deporte con tabla o con kite, pero también es posible hacer submarinismo, tomar clases de buceo o practicar el ski acuático. El abanico de actividades al alcance de los huéspedes es muy variado. Y quienes prefieran alternativas más tranquilas pueden disfrutar de un picnic en la playa o visitar un cercano pueblecito de pescadores.