El INE ha dado a conocer hoy los datos de pernoctaciones extrahoteleras correspondientes a julio. Dicho mes se saldó con 16,7 millones de pernoctaciones, un 1,8% menos que en julio de 2013. El descenso -en plena temporada alta, con la llegada de turistas a España batiendo records y la demanda nacional, por fin, repuntando- obedece a la disminución global de la clientela extranjera en este tipo de alojamiento. Las estadísticas muestran que las pernoctaciones realizadas por los no residentes cayeron un 3,5%, mientras que las pernoctaciones de los españoles aumentaron un 0,7%.
Dentro de la categoría de alojamiento extrahotelero se contabiliza la ocupación en apartamentos turísticos, campings y alojamientos de turismo rural, tres tipos de oferta alojativa muy diferente y con dispar comportamiento. Los dos primeros registraron una ocupación inferior este julio respecto al año pasado, con descensos del 0,8% en el caso de los apartamentos turísticos y del 5,1% en los campings. Por el contrario, el turismo rural mejoró sus resultados notablemente, con una subida de las pernoctaciones del 12,1%. Tanto la clientela nacional como la internacional elevó sus pernoctaciones en los alojamientos rurales, un 13,9% y un 8,1%, respectivamente.
No obstante, el alojamiento rural representa una cuota pequeña de la categoría extrahotelera: aproximadamente un millón de los más de 16 millones de pernoctaciones y 317.000 de los cerca de 2,9 millones de viajeros contabilizados en julio. Ocurre que también las pernoctaciones hoteleras se redujeron en julio, un 0,2%, debido a una caída de la demanda internacional del 1,8% que no pudo ser contrarrestada por el repunte del 2,9% de la demanda turística nacional. Teniendo en cuenta que el turismo español se anotó el "mejor julio" de su historia en llegadas de visitantes internacionales (8,3 millones), es evidente que el número de turistas que duermen en otros alojamientos que escapan a las encuestas Hotelera y Extrahotelera del INE es cada día más importante.
Lógicamente una parte de los "turistas perdidos" se hospedan en sus segundas viviendas o se benefician de la hospitalidad de familiares y amigos. Pero otra parte -voluminosa- se está dirigiendo hacia las viviendas de uso turístico, una oferta que ha proliferado en los últimos tiempos de la mano de grandes plataformas on line y contra la que el sector hotelero se ha posicionado abiertamente.
Al margen de los intereses sectoriales de la hotelería y de que la legislación esté yendo a remolque de la realidad en cuanto a la actividad de estas viviendas se refiere, lo cierto es que el modelo turístico está mutando. Incluso lo que se entiende por low cost. Los turistas tienen a su alcance -como nunca antes- la posibilidad de acceder a alojamientos que se les presentan acompañados de múltiples ventajas; la principal, el precio. También se abren paso fórmulas que podríamos denominar de "turismo colaborativo", como el intercambio vacacional de casas. Los que eligen esta opción destacan no sólo la economía que representa para una familia, sino también la experiencia más auténtica del destino que les acoge como "simples vecinos".