El consorcio español del AVE La Meca-Medina tendrá que reconstruir algunos tramos del recorrido por errores en la Fase 1 del proyecto achacables al consorcio chino-árabe que está entregando a las constructoras OHL y Copasa la infraestructura. Así se desprende de un documento interno que maneja el consorcio, al que ha tenido acceso elEconomista.
En él se describen algunos tramos de vía en placa en cuyo acabado están apareciendo fisuras y pequeñas grietas, según les ha informado la Saudi Rail Organization (SRO). Según explica DBI (Deustche Bahn International), "estas fisuras son las de mayor tamaño de la que tienen constancia en una Línea de Alta Velocidad de todo el mundo".
Las conclusiones de la DBI, el operador público ferroviario alemán que fue elegido en septiembre de 2013 por Arabia Saudí para revisar toda la obra del AVE La Meca-Medina, aseguran que es muy posible incluso que el método de reparación de algunos tramos obligue a su "demolición y posterior ejecución".
Estas fisuras se están encontrando en el área 4, responsabilidad íntegra de OHL, pero fuentes conocedoras de los detalles del contrato aseguran que son responsabilidad del deficiente trabajo previo realizado por el consorcio chino-árabe. Otra cuestión es quién asumirá los costes de la reparación: todo apunta a que será el consorcio español, ya que dio su visto bueno al tramo entregado.
Si estas grietas aparecen en un tramo de vía sobre balasto (pequeñas piedras) su modificación es más sencilla, ya que se levantaría el raíl, se comprobaría la superficie inferior al balasto y se amoldaría este último. El problema es cuando estas irregularidades aparecen en tramos de vía en placa, como ocurre en buena parte del área 4, ya que el raíl va sobre el hormigón y los pequeños agujeros aparecen sobre este último, por lo que hay que demoler el tramo y volverlo a reconstruir.
Quejas de Villar Mir
En su día, el presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir, ya se quejó de cómo habían dejado la infraestructuras los responsables de la Fase 1. En febrero de 2014, en un viaje oficial de la ministra de Fomento, el ejecutivo de la constructora española se quejaba a pie de obra de que recepcionaba los tramos con desniveles, pero sin fallos de estructura. En cierto modo, el consorcio español también ha pecado de cierta inocencia al no haber contratado un servicio profesional de auscultación para comprobar al cien por cien todos los tramos antes de dar su visto bueno. Varias empresas españolas se ofrecieron en este sentido para garantizar que la infraestructura recibida no tenía fallas o anomalías estructurales.
En este proyecto, el proceso de recepción de cada tramo (hand over) supone la entrega de un segmento de la línea de alta velocidad y, luego, su comprobación durante seis meses. Una vez que España (en este caso OHL o Copasa) le dan el visto bueno, cualquier defecto que surja es responsabilidad del consorcio.
Para colmo, el recién nombrado ministro de Transportes de Arabia Saudí, Abdullah bin Abdulrahman Al-Muqbel, ha llegado con la consigna de acelerar las obras y dentro de este afán por ganar tiempo al calendario ha exigido a mediados del pasado mes de diciembre, tanto a Copasa como a OHL, firmar la recepción de los nuevos tramos que les toca asumir sin esos seis meses de tiempo para poder supervisarlos, algo que les dejaría a los pies de los caballos en el caso de que den su visto bueno y se encuentren nuevas fisuras o grietas en la infraestructura.
Éste fue uno de los temas clave que las empresas del consorcio trataron en el consejo extraordinario del 26 de diciembre. Según explican a este periódico fuentes conocedoras del contenido de la reunión, el presidente del consorcio, Pablo Vázquez, dejó claro que si se firmaban los nuevos tramos que ahora se están recepcionando (todo apunta que así ha sido) habría que tener preparado un disclaimer (renuncia) para limitar la responsabilidad del consorcio en caso de irregularidades como ha ocurrido en los ya comentados tramos de vía en placa (sobre hormigón).
Retraso de un año
En el último viaje oficial de la ministra de Fomento, Ana Pastor, a Arabia Saudí, la mayoría de firmas del consorcio (12 españolas y dos locales) daba por hecho que el faraónico proyecto del AVE del Desierto iba a acumular otro año de retraso por la lentitud de la firma china que debe entregar la obra civil. Tras la última adaptación del calendario de obras (se pasaba de los iniciales 36 meses a los 52) se preveía que el proyecto no se podría entregar antes de comienzos de 2018, fecha muy lejana a la última fijada: diciembre de 2016.