
Si se destinaran 8.621 millones de euros de estos recursos a la modernización y mejora de la industria turística española, se conseguiría un efecto multiplicador sobre el PIB y el empleo gracias, especialmente, al efecto arrastre del turismo.
España es el segundo país receptor de turistas del mundo, con más de 83,7 millones de viajeros internacionales al año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Antes de la pandemia, en el año 2019, generaba el 12% del producto interior bruto y, aproximadamente, 2,6 millones de puestos de trabajo.
Sin embargo, el turismo se vio especialmente afectado por la Covid-19 debido a las limitaciones a la movilidad y a las normas higiénico-sanitarias a las que los profesionales se vieron obligados a adaptarse. Por ello, según el INE, en 2020 el PIB generado por este sector se redujo 6,9 puntos porcentuales con respecto al año anterior, hasta alcanzar el 5,5%.
Ante esta crisis, los hosteleros vieron en los Fondos Next Generation EU una solución para la reactivación de su actividad, ya que fueron diseñados con el objetivo de contrarrestar los efectos de pandemia en la sociedad, así como para transformarla hacia un modelo más resiliente y sostenible.
Según un estudio impulsado por la Comisión de Turismo y elaborado por la Cámara de Comercio en 2021, si se destinaran 8.621 millones de euros de estos fondos a la modernización y mejora de la industria turística española, se conseguiría un efecto multiplicador sobre el PIB y el empleo, gracias, especialmente, al efecto arrastre del turismo sobre otras actividades económicas.
Concretamente, este informe cuantifica las cifras de crecimiento en 161 puestos de trabajo adicionales por cada 100 que se hubieran creado mediante los fondos, consiguiendo un total de 93.000 vacantes nuevas. Además, por cada 100 euros invertidos se conseguirían 72 euros adicionales en el valor de la producción de la economía y 105 euros de Valor Añadido Bruto (VAB) extra.
Descontento en el sector
El tejido industrial turístico no está percibiendo la llegada de estos fondos debido a diversos factores que comparten el resto de sectores empresariales, tales como la lentitud a la hora de ejecutar las ayudas y de anunciar las convocatorias, los cortos plazos de solicitud, el exceso de burocracia y el desconocimiento de gran parte de las empresas.
Se trata de factores que están limitando los efectos en la recuperación y que incluso podrían suponer devoluciones en caso de que no se logren ejecutar en su totalidad, en el plazo que dictamina la Unión Europea.
En concreto, los empresarios del turismo se muestran críticos ante los criterios territoriales que se han utilizado a la hora de establecer el reparto. Especialmente, consideran que se ha favorecido a municipios pequeños de interior antes que a zonas turísticas de costa más populares, que también arrastran importantes problemas estructurales. Por otro lado, las empresas critican que los proyectos son de poco calado y que apenas servirán para transformar la industria turística.
Estas circunstancias se suman a la incertidumbre creada por el aumento de los costes de los combustibles, así como al alza de la inflación, que alcanzó en febrero de 2022 la cifra del 7,4%, una situación que no se daba desde 1989. Por todo ello, el sector reclama al Gobierno soluciones eficaces que sirvan para reactivar su crecimiento, ya que es uno de los motores de la economía española.
Por todo ello, piden un planteamiento de las ayudas más transversal y tractor, así como un PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) específico para el turismo, tal y como también exigió la Confederación Española de Organizaciones (CEOE) en su segundo informe de seguimiento de los Next Generation EU.
Qué espera el turismo
Según el reparto de las ayudas de la primera fase del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia proyectado por el Gobierno en marzo de 2021, el turismo debía recibir una suma total de 3.400 millones de euros durante el periodo 2021-2023. Así, este sector se convertía en el octavo que más beneficio obtendría por estas inversiones, tal y como concretaba el componente 14 del plan: Modernización y Competitividad del Sector Turístico.
Esta cantidad se asignaría a municipios que sean destinos de sol y playa muy internacionalizados, con proyectos dirigidos a la modernización de la industria, a la digitalización y a aumentar la sostenibilidad.
Sin embargo, según apunta la consultora Deloitte, los expertos advierten de que sin una visión integral del sector y sin una colaboración público-privada, España se arriesga a perder la efectividad de estas cantidades. De acuerdo con esta empresa, la industria turística necesita proyectos tractores que posibiliten su supervivencia.
Uno de los retos que deben resolverse mediante dichos proyectos es la transformación digital. Muchos de los negocios dedicados a las experiencias vacacionales están obsoletos en materia tecnológica, como es el caso de alojamientos vacacionales, empresas de viajes organizados y actividades, etc.
Esto limita su capacidad de competir a nivel internacional, así como su atractivo de cara a los turistas. Con ayuda de los fondos Next Generation, es posible incorporar tecnologías disruptivas, como el machine learning o el big data, para mejorar el servicio al cliente, posibilitar el control del flujo de turistas y la personalizar la oferta, además de automatizar tareas de back office. Es importante, además, que los empleados se actualicen y adquieran competencias digitales mediante el upskilling o el reskilling.
Otro aspecto necesario para recuperar e incluso superar la cifras pre-pandemia de la industria del turismo es fomentar la cohesión social y territorial. Para ello, las instituciones deben invertir en el desarrollo de zonas rurales y despobladas, poniendo en valor el turismo de interior y luchando contra la España vaciada. Asimismo, esto puede aliviar la presión medioambiental sobre los destinos de costa.
Y es que la sostenibilidad es un aspecto fundamental para el turismo, de manera que los destinos no se vean afectados por la actividad humana y puedan seguir ofreciendo un valor añadido a sus visitantes. Los Fondos Next Generation tienen, en origen, según lo establecido por la Comisión Europea, la misión de contribuir a la transición climática y, para ello, este organismo designó una cantidad aproximada de 18.900 millones de euros para el periodo entre 2021 y 2027.
Así, los expertos del sector consideran que las compañías turísticas deben diseñar proyectos orientados a promover la transición energética y la descarbonización de la economía. Por ejemplo, mediante programas para autoabastecerse a través de placas solares, así como para utilizar y producir biocombustibles e hidrógeno.
Como resultado, la industria dispondrá de una oferta competitiva y de calidad que permita la movilidad sostenible y el turismo ecológico.
Qué espera el turismo
Hasta ahora, los Next Generation han aterrizado en el sistema empresarial turístico español a través de diversas convocatorias, dirigidas especialmente a la transformación digital.
El 21 de diciembre de 2021, la Conferencia Sectorial de Turismo aprobó una inversión de 615 millones de euros para 169 proyectos beneficiarios de la I convocatoria extraordinaria del programa de Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos. De estos planes, las entidades locales tienen asignada la gestión de 153, mientras que los 16 restantes dependen de las Comunidades Autónomas.
Entre las iniciativas que recibirán inversiones destacan: un proyecto de 13 millones de euros para mejorar la sostenibilidad del destino por parte del Consell de Mallorca, un programa integral de transformación digital en Madrid al que se destinarán 10 millones, la rehabilitación de senderos y miradores a la que se han asignado nueve millones de euros que serán gestionados por el Cabildo de Fuerteventura y un programa de reducción de plásticos en Valencia, que contará con 7,5 millones.
Además, las entidades locales gestionarán proyectos de 84 destinos rurales para dinamizar la economía local, generar empleo y fijar la población mediante las actividades turísticas.
Por su parte, el Ministerio de Turismo se ha valido de 26 millones de euros de los fondos de recuperación para lanzar el Programa Experiencias Turismo de España. El plazo de presentación de solicitudes finalizó el pasado mes de marzo y se seleccionarán proyectos destinados a financiar 45 nuevos productos turísticos antes del segundo semestre de 2025, los cuales deben servir para mejorar las experiencias turísticas de ámbito nacional o que se desarrollen en, al menos, tres comunidades para facilitar su promoción en mercados internaciones.
Asimismo, a comienzos del pasado mes de junio, el Ministerio de Turismo abrió el plazo para solicitar una serie de ayudas, con un valor total de 25 millones de euros, dirigidas a la intensificación de la digitalización de las empresas del sector turístico con un presupuesto.
Concretamente, estas subvenciones tienen el objetivo de implantar proyectos tecnológicos transformadores, se podrá optar a ellas en modalidad de agrupaciones de empresas, con al menos un socio tecnológico, y cada una recibirá entre 300.000 y 5 millones de euros.
El programa se estructura en torno a dos líneas de actuación. La primera está enfocada a proyectos de desarrollo tecnológico innovadores, con tecnologías emergentes o de nuevo desarrollo para mejorar la competitividad de la industria. Está dotada con 20 millones de euros y el presupuesto de los proyectos podrá oscilar entre los 500.000 euros y los 5 millones.
La otra contempla la incorporación de tecnologías testadas anteriormente en el mercado con riesgo tecnológico bajo. Para esta línea la dotación es de 5 millones de euros y los proyectos financiados tendrán un presupuesto mínimo de 300.000 euros y máximo de 750.000 euros.
Respecto a uno de los destinos turísticos más demandados por los viajeros, como es el Camino de Santiago, acaba de concluir el plazo para solicitar las ayudas movilizadas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, también dirigidos a la digitalización. El total de 11 millones de euros se repartirá, en régimen de concurrencia competitiva, en dos convocatorias diferentes: la primera, presupuestada en 6 millones de euros, se dirige a los destinos de la red de Destinos Turísticos Inteligentes (DTI), mientras que la segunda se refiere a los que forman parte de las rutas del Camino de Santiago y contará con 5 millones de euros.