Terrorismo

Una furgoneta bomba de ETA mata a un guardia civil en Álava y otros cuatro resultan heridos

La explosión sin previo aviso de una furgoneta bomba de ETA poco antes de las 03.00 horas de la madrugada en la casa cuartel de la Guardia Civil en Legutiano (Álava) ha matado a un guardia civil y ha herido a otros cuatro, uno de ellos grave, que está siendo intervenido quirúrgicamente. Las reacciones ya se están sucediendo.

Entre los escombros quedaron dos personas atrapadas, una de las cuales fue rescatada con vida. El agente que resultó muerto es Juan Manuel Piñuel Villalón, era natural de Melilla, tenía 41 años, estaba casado y tenía un hijo. Piñuel se percató de la presencia de la furgoneta frente al cuartel y cuando descolgó el teléfono para informar de su estacionamiento, fue cuando la bomba explotó. Hacía sólo dos meses que se había trasladado a Álava desde Málaga, donde vivía.

El guardia civil rescatado ha sido trasladado al hospital de Txagorritxu donde a pesar de su gravedad, se encuentra fuera de peligro. Según el parte médico, el agente presenta politraumatismos diversos y un pequeño hemoperitoneo (presencia de sangre en el abdomen).

En el momento de la explosión se encontraba en el pequeño edificio de vigilancia anexo a la casa cuartel, que ha quedado derruido. Los bomberos trabajan en apuntalar el edificio para que no afecte a las viviendas colindantes.

El Departamento de Sanidad del Gobierno vasco ha informado de que las dos personas heridas en el atentado han quedado ingresadas en planta con pronóstico leve, mientras que otro agente se encuentra en la UCI para observación y una cuarta persona fue dada de alta. Además, se contabilizó un quinto herido que fue atendido por los propios servicios médicos de la Guardia Civil.

Psicólogos en la zona

La furgoneta, una Citroën Berlingo con 300 kilos de explosivos y con matrícula 5945FMC, estaba colocada a la puerta del edificio, situado al borde de la carretera N-240 a la entrada del pueblo. A su vez, en el cuartel de la Guardia Civil, que ha quedado completamente destrozado, se encontraban unas 40 personas en el momento de la explosión, según informaron fuentes de la Ertzaintza. Hasta allí se han desplazado un grupo de psicólogos para atender a los vecinos que se han visto afectados por el atentado.

La onda expansiva de la furgoneta bomba ha sido tal que los analistas de la guardia civil han encontrado el vehículo a 200 metros del atentado, después de pasar por encima de edificios, y restos de éste empotrados en postes de la luz.

Por su parte, la Policía Autónoma vasca ha inspeccionado un vehículo, un Peugeot 306 con matrícula BI2122-BY que fue robado el pasado 14 de abril y abandonado en el Puerto de Urkiola, en Vizcaya. Parece ser que este vehículo fue utilizado por los terroristas para huir del lugar del atentado. Lo que sí han encontrado es un dispositivo incendiario que no llegó a estallar. La policía lo examina para descartar que contenga algún tipo de explosivo trampa. Y es que según fuentes de la investigación, la banda terrorista ha empleado tres vehículos para cometer el atentado.

La bomba ha producido un cráter de varios metros. Además, varios edificios próximos han quedado también dañados y se ha acordonado la zona. Este es el tercer atentado mortal que la banda comente desde que se rompiese la tregua. Según fuentes cercanas a la investigación señalan que el comando que ha atentado tenía una infraestructura muy bien montada.

Los coches utilizados

El comando autor del atentado robó en Berango (Vizcaya) el Peugeot 306 utilizado en la huida tras la explosión y lo escondió durante un mes, informaron a Europa Press fuentes próximas a la investigación. Los terroristas se desplazaron hasta el lugar del atentado en este coche y en la furgoneta donde habían cargado el potente explosivo.

Tras dejar la furgoneta-bomba a unos metros del cuartel, en una carretera que roza el perímetro de seguridad, los terroristas, entre dos y tres, abandonaron el lugar en el Peugeot 306. El coche apareció poco después en un camino forestal del Puerto de Urkiola, cerca de Abadiño, con un dispositivo para quemar el vehículo y destruir las pruebas, que no llegó a funcionar.

En el asiento del piloto, la Ertzaintza encontró una garrafa de gasolina, con una botella adosada y un piloto encendido en lo alto. Los artificieros autonómica desactivaron el mecanismo y dieron paso a sus compañeros de la policía científica, que intentaron recabar huellas y muestras de ADN. El coche ya ha sido entregado a la Guardia Civil, que se encarga de la investigación.

Aún está por determinar donde fue robada la Citröen Berlingo utilizada para cargar el explosivo. Sin embargo, el robo del coche de la huida y el hecho de que los terroristas lo mantuvieran escondido durante un mes apunta a la autoría del 'comando Vizcaya', con infraestructura necesaria para ello.

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