
Además de la comodidad de externalizar la compra, mantenimiento, gestión y reciclaje del parque tecnológico, y de poder controlar el impacto en OPEX, el leasing renting tecnológico es una herramienta de valor añadido para las empresas en plena evolución digital que también les revierte en beneficios fiscales. Será el estándar antes de 2030. Este año celebramos el 25 aniversario del efecto 2000. ¿Se acuerdan? Y la tecnología rige nuestra vida y nuestras conversaciones más que nunca.
Cada vez estamos más acostumbrados al uso temporal de la tecnología (algo que muchos llaman "fast-tech" en el entorno del consumidor final), de forma que rápidamente dejamos atrás dispositivos y herramientas que son sustituidos por nuevas alternativas que mejoran nuestra comodidad y facilidad de uso.
¿Quién no tiene en casa pilas de CDs y DVDs, reproductores de todo tipo, tamaño, incluso aún en el coche? O los famosos y disruptivos iPods, que en su día marcaban la diferencia de quién estaba tecnológicamente al día y que hoy un adolescente no conoce ni de su existencia. Se calcula que en cada hogar español hay de media unos 8 dispositivos electrónicos aparte de los electrodomésticos de mayor tamaño.
Lo mismo nos sucede en el ámbito laboral; hemos pasado de alargar la vida útil de nuestros ordenadores de sobremesa para vivir pegados a nuestro portátil, casi el único héroe que nos trajo la pandemia y sus efectos. Eso sí, ahora valoramos detalles que antes nos pasaban desapercibidos, como el tamaño de la pantalla o la diferencia del peso en gramos entre un modelo u otro.
Nuestra conectividad también depende de nuestro teléfono móvil. Los famosos smartphones son elementos indispensables de un puesto de trabajo moderno y eficiente, ya que nos facilitan el acceso a reuniones y videoconferencias sin quedar limitados por nuestra localización (una media de siete horas de llamadas a la semana y tres videoconferencias al día). Ciertamente, estas capacidades dependen de las infraestructuras tecnológicas que nos permiten la conexión permanente a Internet. Para ello contamos de otro tipo de servicios prestados por los proveedores de telecomunicaciones que todos conocemos y cuya diferenciación reside más en la satisfacción al usuario que en su capacidad de cobertura que, afortunadamente, hoy entendemos estándar y básica para todo el territorio.
Todo ello hace que una parte muy importante de la definición del puesto de trabajo quede marcada por la identificación del conjunto de elementos físicos (hardware) y digitales (software) de los que dependemos para alcanzar el máximo nivel de eficiencia profesional.
He aquí lo importante de contar con la correcta elección de dispositivos vinculados a nuestro puesto de trabajo y conectados entre sí, de forma acorde a nuestra infraestructura informática. No descubrimos nada al hablar de las dificultades que enfrentan las empresas a la hora de la toma de decisiones en este ámbito. Forrester pronosticó un aumento del 5,6% en el gasto de TIC en 2025.
Racionalizar la inversión en equipamiento
Acabar de valorar la mejor estructura de equipamiento en el puesto de trabajo puede convertirse en un verdadero debate de opiniones contrapuestas; sobre todo, es una cuestión de prueba y error que probablemente termina echando por tierra una inversión económica sin rentabilizar.
En estas situaciones siempre conviene contar con proveedores especializados que, además de aconsejarnos sobre la mejor forma de afrontar y escalar estos procesos, van a evitarnos un coste interno difícil de medir y más aún de recuperar.
Cuando además dicha implementación incluye opciones de financiación fuera de balance y sin reconocimiento de deuda, el pago por uso se convierte en la mejor herramienta de gestión del puesto de trabajo.
Workplace solutions: la evolución
Hoy en día hablamos de soluciones de pago por uso implementadas para cualquier tipo de empresa que, con independencia de su tamaño, es capaz de identificar su presupuesto en Opex como un servicio de valor.
En definitiva, la externalización de los procesos de definición e implementación de los puestos de trabajo globales (workplace solutions) es un producto poco conocido basado en servicios recurrentes de soluciones de negocio adaptados a cada empresa.
No hay que olvidar que la distribución de la nueva generación de Windows 11 va a suponer una revolución, no sólo en el dominio de la herramienta y sus capacidades vinculadas a la Inteligencia Artificial, si no también en la opción de implementar
estas nuevas eficiencias globales que nos harán distinguirnos en el mercado frente al resto de jugadores. Es muy probable que el pago por uso se imponga como el estándar de las grandes empresas antes de 2030.
Una decisión también sostenible
Una última consideración es la relacionada con la sostenibilidad y la economía circular. Cualquier opción contractual que proponga la retirada y posterior recomercialización regulada de los activos usados, supondrá un valor adicional en nuestra decisión.
Todos los criterios de contratación que nos permitan contar con una aportación demostrada a los objetivos de reutilización y reacondicionamiento de activos tendrán una importancia vital en la consecución de nuestro cumplimiento de gobernanza social y de medio ambiente (ESG).
En conclusión, la propuesta de valor de los operadores tecnológicos se ensancha en favor de una gestión empresarial que vuelve a distinguir entre lo nuclear del negocio y de lo que realmente hoy podemos externalizar en proveedores de confianza.
Para quien aún necesite un último argumento: ocho de cada diez empresas ahorran notablemente al elegir la solución de pago por uso para puestos de trabajo, que, además, es 100% desgravable.
Enrique Sánchez Luengo, es director General Adjunto de Operaciones y Financiación de Econocom Technology Management and Financing