Telecomunicaciones

Zegona cumple un año de reinvención de Vodafone, España sin intenciones de vender

  • José Miguel García revierte la situación, con alzas en ingresos, clientes y rentabilidad 
  • La compañía juga un papel protagonista en el piujante negocio de los operadores de fibra óptico
  • El fondo británico no tiene intención de vender, consciente de que proyecta un amplio margen de mejora 
José Miguel Garcia, consejero delegado de Vodafone España.

Antonio Lorenzo
Madrid,

Un día como hoy, de hace justo un año, Zegona anunció la culminación de la compra de Vodafone en España, con un valor de 5.000 millones de euros. El 1 de junio de 2024, la firma británica confió el nuevo rumbo del tercer mayor operador de telecomunicaciones del país a José Miguel García, un ejecutivo bregado en reinvenciones y transformaciones exitosas en el sector. El movimiento era lo más parecido a dar la vuelta a un calcetín. Y posiblemente se trataba de la única estrategia posible para garantizar la supervivencia de una compañía que hasta entonces languidecía, con pérdidas aceleradas de ingresos, clientes y autoestima. Aquella apuesta fue un todo o nada, puerta grande o enfermería.

El Grupo Vodafone arrimó el hombro, con todas las facilidades a su alcance para colocar su filial, con una generosidad insólita en el mundo de los negocios: cedió su reputada marca durante 10 años; se comprometió a la prestación de servicios anuales valorados en 110 millones de euros; puso a disposición del comprador los recursos tecnológicos de la multinacional británica y, sobre todo, admitió un modelo de pago y financiación sostenible, con 900 millones de euros en acciones preferentes rescatables. "Quien algo quiere, algo le cuesta", debieron pensar en Londres.

El tiempo que tarda la Tierra en dar la vuelta alrededor del Sol coincide con el regreso al terreno de juego del operador rojo, en términos de competitividad y rentabilidad, pero también en presencia protagonista en las principales operaciones del sector. La sociedad de fibra óptica (FibreCo) que compartirá con MasOrange será la mayor de Europa, con 12 millones de unidades residenciales equipadas con la mejor infraestructura de banda ancha fija. Si no cambian los planes diseñados el pasado enero, MasOrange tendrá una participación del 50% en la sociedad, Vodafone se conformará con el 10% y un inversor financiero hará suyo el 40% restante. El nombre de este último se perfilará en dos semanas, plazo en el que se espera conocer las ofertas vinculantes por una 'niña bonita' valorada en más de 7.000 millones de euros. De hecho, KKR, Brookfield y GIC hacen horas extras estos días para ultimar su propuesta en firme, pero sin descartar la irrupción de otros posibles interesados. El momento aún es propicio.

En esa y otras salsas se encuentra Vodafone España, como sucede con la fibreCo que comparte con Telefónica España, socio que controla el 63% del capital, mientras Vodafone España se reserva el 37% restante, en espera de incorporar a un tercer socio. Esta sociedad -valorada en 1.700 millones- cubrirá aproximadamente 3,6 millones de unidades inmobiliarias. Gracias a los dos acuerdos con sus socios y rivales, Vodafone estaría en condiciones de comercializar sus servicios de banda ancha fija en 15,6 millones de inmuebles españoles, con firmas cuyo valor conjunto superará los 8.700 millones de euros. Menos llamativos, pero igualmente meritorios para recuperar el pulso comercial, fueron los acuerdos liderados por José Miguel García para recuperar el mercado mayorista.

Por su relevancia, destaca la renovación de Finetwork como el principal cliente para los diez próximos años. Ahora sólo falta un detalle no menor: que el operador móvil virtual (OMV) -en situación de preconcurso de acreedores- pague sus deudas y alivie a Vodafone. De no hacerlo, Finetwork -con sus 1,3 millones de clientes- podría ser engullido por mandato de liquidación judicial, como ya ocurrió en circunstancias similares con la empresa Celsa.

Vodafone España también proporcionará su redes 4G y 5G a la OMV completa PTV Telecom, sin olvidar la revisión de la totalidad de los grandes contratos, a la caza de eficiencias, entre ellos el acuerdo mayorista de fibra establecido con Telefónica España o la reformulación de los compromisos de la compañía con Vantage Towers.

En el plano estrictamente comercial, Vodafone España ha rozado la cuadratura del círculo al revertir la tradicional fuga de clientes, ahora convertida en crecimientos en altas netas en fijo y móvil desde el verano pasado, así como en ingresos.

Eamonn O'Hare, presidente de Zegona, se propuso mejorar el mercado mayorista de Vodafone España al estimar que el operador, históricamente se resignaba con un porcentaje de ingresos mayoristas de solo el 3%, frente al 20% de Orange o Telefónica. "Si tienes una red fija muy grande y sólo utilizas el 20%, no estás optimizando tus valiosos activos. Es como dirigir una aerolínea con el 20% de los asientos o un hotel con el 20% de ocupación", comparó en octubre de 2023, pocas horas después del anuncio del acuerdo compra de Vodafone España. El tiempo ha venido a darle la razón. Y además con creces: el 33% de los ingresos totales de la empresa ya procede de las empresas, con grandes corporaciones y administraciones públicas, como los contratos con la Generalitat de Catalunya (378 millones) o el WiFi público de la Junta de Andalucía, con 3.100 sedes conectadas en 700 municipios.

Para remate, Vodafone España aparece en las quinielas como pieza susceptible de satisfacer el apetito de consolidación del presidente de Telefónica, Marc Murtra. Pero vista la trayectoria del último año, Zegona se resistirá a dar boleto a Vodafone. "La fiesta acaba de empezar y no queremos perdernos la diversión", aseguran en la teleco de puertas para adentro. Por lo tanto, las intenciones de vender son las mismas que las de rendirse: Ninguna.