
El precio mayorista del establecimiento de llamada es uno de los secretos mejor guardados del sector y, al mismo tiempo, el gran maná de la telefonía móvil. Por ningún otro concepto del negocio se obtienen tantos beneficios por tan pocos esfuerzos como los que se producen en el preciso instante en el que el usuario descuelga su terminal para aceptar cualquier comunicación de voz.
Según ha podido saber elEconomista de fuentes cercanas a los Operadores Móviles Virtuales (OMV), las compañías de móviles con red propia ofrecen gratis el referido establecimiento de llamada a sus operadores virtuales. No hace falta echar muchas cuentas para convenir que el negocio parece fabuloso para los OMV.
En teoría, se trata de un servicio "que se compra a cero euros y que se vende hasta por 17,4 céntimos". En la práctica, los OMV apenas celebran esa ventajosa circunstancia ya que, a modo de compensación, estos operadores tienen que pagar el precio del primer minuto completo, aunque sólo se consuma un segundo.
Es decir, los virtuales se ahorran el importe del establecimiento de llamada, pero tienen que abonar una cantidad próxima a los seis céntimos al proveedor de red cada vez que se inicia una comunicación de voz en el móvil. Este importe de seis céntimos puede ser ligeramente mayor o menor, en función de los acuerdos establecidos entre el operador virtual y su suministrador de infraestructuras de telecomunicaciones.
Sin establecimiento de llamada
En ese supuesto, el margen para un operador móvil virtual del primer minuto de conversación supera el 65 por ciento. De todo lo anterior se entiende que a Eroski le salgan las cuentas al ofrecer sus llamadas sin establecimiento de llamada, puesto que factura 18 céntimos por cada minuto de conversación. De esa forma, Eroski hace negocio en todas las llamadas de más de 20 segundos de duración, que en la práctica son la inmensa mayoría.
También existe un sabroso atractivo comercial para los OMV en las llamadas a teléfonos fijos, cuyo margen supera el 700 por ciento entre los operadores más baratos del mercado, como ocurre con MásMóvil, Simyo y Blau. En estos casos, según explican fuentes del mercado, las tarifas mayoristas son de 1,16 céntimos, mientras que la facturación por el mismo concepto a los clientes finales es de 9,28 céntimos.
Para las llamadas a móviles, el precio mayorista ronda los 5,80 céntimos por minuto de conversación, mientras que la tarifa más barata es de 9,28 céntimos, lo que representa un margen del 60 por ciento.
El chollo que representa para los móviles virtuales el establecimiento de llamada explica, en buena parte, la proliferación de OMV que ha sido testigo el país en el último año. Los márgenes comerciales pueden ser exiguos en los precios por minuto o por mensajes cortos, pero no estrictamente por el establecimiento de llamada, puesto que los operadores no se cobran nada por ello.