Por David Douglas
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un pequeño estudio sobreimágenes sugiere que la exposición prenatal a los hidrocarburosaromáticos policíclicos (HAP) tendrían un efecto negativo en eldesarrollo del cerebro.
"La exposición a la contaminación del aire durante elembarazo o en la niñez temprana produce problemas en el procesode desarrollo de los tejidos cerebrales, de modo que altosniveles de exposición causan anormalidades cerebrales aún másgraves", dijo vía e-mail el doctor Bradley S. Peterson, delHospital de Niños de Los Ángeles.
"A la vez, esas anormalidades provocan más conductasdisruptivas y una disminución de la función cognitiva en laniñez avanzada", agregó.
En JAMA Psychiatry, el equipo de Peterson publica que losHAP son neurotóxicos que cruzan la placenta y dañan el cerebrofetal. Los modelos animales ya habían demostrado esos efectos.
El equipo estudió a 40 niños de minorías urbanas en edadescolar. Sus madres eran latinas (dominicanas) o afroamericanas.Los autores monitorearon a los niños desde la etapa fetal hastalos 7-9 años. Sus madres completaron el monitoreo prenatal delos HAP y respondieron cuestionarios prenatales.
Las imágenes de resonancia magnética y las medidasmorfológicas revelaron una relación dosis-respuesta entre unaelevada exposición prenatal a los HAP y una reducción de lasustancia blanca del cerebro en la niñez avanzada, pero casiexclusivamente en el hemisferio izquierdo y en casi toda susuperficie.
Esa disminución de la sustancia blanca del hemisferioizquierdo estuvo asociada con una pérdida de la velocidad delprocesamiento de la información en las pruebas de inteligencia ycon trastornos de conducta externalizantes más graves, incluidoslos síntomas del trastorno de déficit de atención conhiperactividad y los desórdenes de conducta.
Los autores admiten que el estudio tiene limitaciones ycomentan que "están realizando estudios por imágenes en muchosmás niños que en este estudio para confirmar estos resultados yevaluar la interacción de los efectos de los HAP con otrassustancias contaminantes en la estructura y la función delcerebro".
Aun así, Peterson dijo: "La importancia clínica y de saludpública de estos hallazgos es enorme, dado el alcance de laexposición a las sustancias que contaminan el aire. Los médicosdeberían orientar a los futuros padres sobre estos riesgos yalentarlos a evitar la exposición al humo, la combustión de losautomóviles y otras fuentes de esos tóxicos ambientales".
Asimismo, declaró que "todos deberíamos trabajar paradesarrollar y aplicar políticas que disminuyan la contaminacióndel aire y, así, reducir los efectos adversos de la exposiciónen el desarrollo cerebral de nuestros niños".
El Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, laAgencia de Protección Ambiental y el Instituto Nacional de SaludMental financiaron este estudio. Los autores declararon no tenerconflictos de intereses.
FUENTE: JAMA Psychiatry, 2015.