
Santander, 9 sep (EFE).- El director del Centro de Innovación de Tecnología para el Desarrollo Humano, Carlos Mataix, cree que habrá que afrontar "importantes mejoras" para ajustar la cooperación a los cambios sociales de las zonas a las que se destina y para atender más eficazmente la demanda de los beneficiarios.
Mataiz, que ha participado en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) sobre la 'Agenda de Desarrollo Post 2015', ha advertido de que, pese a la actividad inversora "fuerte" de los agentes públicos y privados, en muchas zonas del planeta no se ha podido cerrar "la brecha" de acceso a los servicios y la "desigualdad".
Ha apuntado así que, pese al crecimiento económico que se ha producido en Latinoamérica en la última década, 125 millones de personas no tienen acceso a salud, 30 millones no tienen agua potable y 40 millones no tienen electricidad o el suministro "es muy deficiente".
Según explica, la cooperación española opera en países que están "cambiando muy rápidamente", por ejemplo en ese continente latinoamericano, donde "cada vez más se demanda una cooperación más intensiva" y "una búsqueda conjunta de respuesta a los problemas".
Este experto sostiene que en España "hay un caudal muy importante" en cooperación y hace hincapié en que "los problemas son cada vez más convergentes".
Por eso, a su juicio, la solución de problemáticas en regiones donde tradicionalmente se presta la cooperación "puede llevar a muy interesantes pistas" para encontrar soluciones a los temas "acuciantes" de los países desarrollados.
En materia de cooperación, Mataix remarca la incidencia de los ajustes en las ayudas, por el "descenso preocupante" de los compromisos económicos.
Este experto ha dado a conocer hoy en la UIMP un informe sobre alianzas para la innovación en el acceso a servicios básicos que ha realizado su centro, de la Universidad Politécnica de Madrid, y que presenta ejemplos de experiencias con esos enfoques.
Se trata de ejemplos innovadores en el acceso a salud, agua, saneamiento y gestión de residuos sólidos, en un estudio que se ha realizado a petición del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (FOMIN/BID), y que próximamente se va a difundir en Washington.
Los cinco casos, de Perú, Bolivia, Guatemala y Sudáfrica, incorporan modelos de negocio que garantizan su sostenibilidad económica y nuevos enfoques donde los usuarios dejan de ser beneficiarios y se convierten "en promotores en el acceso a agua, saneamiento, salud, o la gestión de residuos".
Se trata de proyectos que, según Mataix, están "desafiando los modelos convencionales" para la prestación de servicios básicos, que tradicionalmente se han desplegado con "grandes infraestructuras".
Según advierte este experto, ese sistema no funciona de forma adecuada en muchas regiones densa "y desorganizadamente pobladas".
"Estos modelos están haciéndonos ver que existen formas nuevas, combinando tecnología, organización y la acción conjunta de agentes públicos y privados que pueden hacer más accesibles los servicios", ha indicado Mataix.
Recalca la importancia de la participación de la población local con "una voz" en el diseño de las políticas públicas y "dando oportunidades" para que los servicios se puedan prestar por emprendedores de la zona, empresas sociales y creando empleo.
Además, señala que el papel de las grandes empresas puede ser "muy sustancial", sobre todo "si están dispuestas a adaptar sus capacidades".
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