
El interior de Brasil se ha convertido en el gran reclamo para la telecos extranjeras y nacionales.
Telefónica, Telecom Italia, Portugal Telecom (Oi) y América Movil tienen cada vez más interés en aumentar su cuota de mercado en el país carioca, donde las posibilidades de crecimiento están prácticamente aseguradas ante la necesidad de "desarrollar el mercado de las telecomunicaciones y la tecnología para mejorar la productividad con más banda ancha y smartphones", tal y como aseguró Zeinal Bava, presidente de Oi, en una entrevista con El País.
En esta línea, la Agencia Nacional de Telecomunicaciones Brasileñas (Anatel), de la mano con el gobierno de Dilma Rouseff, ha puesto en marcha un plan para expandir la fibra óptica por todo Brasil bautizado como banda larga para todos (banda ancha para todos).
Según el último informe anual de Anatel, la banda ancha apenas llega al 33,3% de los 62 millones de hogares que hay en Brasil y el 60,8% de las conexiones están concentradas en la zona Sudeste del país (Río de Janeiro, Sao Paulo, Espírito Santo, Santa Catarina...).
Expandir la fibra óptica
El objetivo de plan es expandir las redes de fibra óptica para que llegue a 2.000 municipios más (actualmente cerca de 3.400 municipios está cubiertos con la red) y, así, desarrollar el interior del país (norte, centrooeste y sur) donde, con una población de más de 84 millones de habitantes, apenas concentraba el 30,73% de las conexiones totales a Internet a finales de 2013. En este sentido, los analista apunta a que en 2020 gran parte del crecimiento de Brasil vendrá de las ciudades con 500.000 habitantes, que son las que están, sobre todo, en el interior.
En relación con el programa nacional de banda ancha, los grupos Oi, Telefónica, Sercomtel y CTB ampliarán en los próximos años la oferta de banda ancha en el interior del país. Las empresas se han comprometido a llevar la fibra óptica a todos los municipios brasileños antes de diciembre de 2016 y para ello el Gobierno va a dar una serie de ayudas. Dentro del plan, también se contempla que la compañía estatal Telebrás se encargue de asumir las obras de implantación de fibra óptica de las regiones menos atractivas económicamente hablando para las compañías privadas.
Una vez se complete la implantación de la fibra óptica en Brasil las telecos tendrán vía libre para explotar sus negocio de Internet, televisión de pago, teléfono fijo y móvil en un mercado de más de 200 millones de habitantes.
Uno de los grandes nichos de mercado para las telecos es la televisión de pago. No en vano, Telefónica y Telecom Italia han mostrado su interés por hacerse con el proveedor de banda ancha y televisión de pago brasileño GVT, con un 3,7%de la cuota de mercado.
En Brasil, a diferencia de en Europa, no hay una gran oferta de televisión en abierto que pueda limitar la expansión del negocio. El principal y casi único grupo de televisión en abierto es el gigante O Globo, por lo que plataformas de pago como DirecTV, Embratel o GVT tendrán potencial de crecimiento. No en vano, el número de abonados a la televisión de pago en Brasil creció un 11,2% hasta los 18 millones, lo que supone el 28,9% de los hogares (unos 57,6 millones de brasileños).
En el caso de la televisión de pago, el porcentaje de abonados se concentra en el sudeste del país, donde no sólo se concentra una gran parte de la población, si no donde más desarrollado tecnológicamente está.
Su fortaleza en Sao Paulo y la potencial competencia también realzan su atractivo para Telefónica que, pese a tener el 28% de la telefonía móvil, apenas tiene el 3,3% de la tele de pago. Brasil se sitúa como el cuarto mercado de telecomunicaciones del mundo, sólo por detrás de EEUU, Japón y China.
En este punto, Brasil es más atractivo que el gigante asiático, ya que es mucho más fácil entrar para las empresas europeas por los lazos culturales y su sistema político, amén del potencial de crecimiento en un sector en pleno proceso de consolidación para mejorar las rentabilidades.