
No todo son éxitos en la joven historia de la telefonía móvil. Ni mucho menos. Los fabricantes y operadores están curtidos con solemnes fracasos. Decenas de fiascos ruborizaron y aleccionaron a la industria casi al mismo tiempo. Basta con echar la mirada atrás para enumerar una lista de meteduras de pata que evidencian la cruda realidad del método de prueba y error. En la mayoría de los deslices se pone de manifiesto que el usuario siempre tiene la razón. Consulte la revista elEconomista Tecnología
Videollamadas
Han sido históricamente un desastre. Las videollamadas por el móvil pretendían ser el principal aliciente de telefonía de 3G, allá a principios del siglo, pero ese uso nunca cuajó entre los usuarios. Hablar con alguien a través del móvil y, al mismo tiempo verlo, no convenció más allá de la novedad. El hecho de ponerse el móvil frente al rostro en lugar de situarlo junto a la oreja parece que resultó más que determinante para abandonar la herramienta. Es incómodo comunicarse así. La gente no se acostumbra a cambiar sus hábitos.
Wimax
El Worldwide Interoperability for Microwave Access murió antes de nacer. Fue una pena. El sistema ofrecía conectividad de banda ancha móvil en grandes extensiones, teóricamente en más de 50 kilómetros de radio, pero la calidad ni mucho menos resultaba óptima. Utilizaba las bandas de frecuencias entre 2,3 y 3,5 GHz, pero las antenas receptoras que requerían los equipos de los usuarios para conectarse a WiMax resultaban bastante caras para un desarrollo masivo. También decían que el sistema causaba problemas con conexiones militares por satélite que utilizaban frecuencias vecinas.
DVB-H
El fiasco de la televisión digital en el móvil fue colosal y buena parte de la culpa fue de los propios operadores. Las compañías de telefonía encontraron en el estándar DVB-H un peligroso competidor para sus servicios de 3G. Los usuarios verían el fútbol sin pasar por la caja de los operadores, al no utilizar los datos 3G. Decían que el consumo de batería resultaba excesivo, pero el gran argumento que echó por tierra el DVB-H era estrictamente empresarial. Para hacer negocio, mejor un sistema de televisión de pago antes que uno gratuito.
Facebook Home
La compañía de Zuckerberg nunca consideró embarrarse con el hardware, pero sí ambicionó disfrazar los móviles con un software capaz de modificar la apariencia y el funcionamiento de los dispositivos. De los 38.000 usuarios que instalaron la aplicación en sus terminales, la mayoría de ellos no tardó mucho en eliminarla. Era un software que generó numerosos problemas de compatibilidad con Android.
Móviles multiformas
Algunos fabricantes apostaron por romper los moldes y producir terminales con formas variopintas. Algunos rozaron la locura. Posiblemente esperaban convertir sus dispositivos en elemento de distinción. De esa forma, algunas empresas comercializaron durante algunas temporadas una serie de dispositivos cuadrados, vistosos y audaces, pero nunca obtuvo la recompensa esperada. La ergonomía no ayudaba, ni tampoco las economías de escala.
Push to Talk
El PTT es el pulsa y habla de los walkie talkie de toda la vida, pero sin limitaciones de distancia y con tarifas muy atractivas. Es un servicio donde la voz viaja en paquetes de datos, sobre GPRS o 3G. Hay que apretar un botón para hablar y luego hay que soltarlo para poder escuchar, ya sea a un destinatario o a varios a la vez. Esta tecnología triunfó en EEUU pero pichó en España.
Pantallas 3D
Primero fue el cine, después los televisores y videojuegos. Más tarde lo intentaron las tabletas y la oleada también salpicó a los móviles. Los técnicos descubrieron sistemas para recibir imágenes con efecto de profundidad sin necesidad de utilizar gafas, así como visualizar hologramas desde varios puntos y ángulos para que pareciera real. No obstante, la óptica difractiva no conquistó las pantallas de los smartphones. El mercado no respondió a la novedad que la compañía coreana hubiera deseado.
Joyn
Todavía se considera el WhatsApp de las operadoras. La idea parecía buena y contaba con todos los recursos necesarios para triunfar: la complicidad de los grandes operadores y el apoyo de muchos fabricantes -Samsung, LG, Sony, HTC y Nokia-. Estos últimos prometieron incluir de serie la aplicación en todos sus nuevos dispositivos. Las telecos llegaron tarde. Joyn fracasó en su intento de acabar con las amenazas de terceros.
TuMe y LiBon
La misma suerte que corrió Joyn debió maldecir a TuMe y Libon, la primera apadrinada por Telefónica y la segunda desarrollada por Orange. En el caso de TuMe, la tecnología plegó velas al sentirse incapaz de competir con WhatsApp. Por su parte, Libon deambula en las tiendas de aplicaciones y la semana pasada obtuvo una nueva oportunidad para salvar el pellejo a través del servicio de llamadas VoIP de Amena.
Keteke
Fue un fiasco mayúsculo que debió doler lo suyo en Telefónica, responsable de la criatura. La red social para jóvenes apenas duró un par de años y de nada sirvió el apoyo financiero con el que contaba, próximo a los 10 millones de euros ni el apoyo promocional de la propia Paris Hilton. Apenas 100.000 usuarios se registraron, pero después volvieron a Facebook.