ESTAMBUL/ANKARA (Reuters) - El primer ministro turco, Tayip Erdogan, parece disponerse a ganar en las elecciones municipales del domingo, que se han convertido en un referéndum a sus 10 años en el poder mientras intenta evitar las acusaciones de sobornos y contrarrestar una serie de filtraciones sobre seguridad.
Erdogan y su partido de raíz islamista AK culpan de las filtraciones a "traidores" enclavados en el Estado turco y ha recorrido la nación de 77 millones de personas durante semanas para aunar a sus votantes conservadores.
"Son todos traidores", dijo Erdogan de sus opositores en un mitin en Estambul, capital comercial de Turquía, el sábado. "Dejémosles hacer lo que quieren. Acudid mañana a las urnas y dadles una lección. Démosles una bofetada otomana".
Erdogan ha purgado a unas 7.000 personas del sistema judicial y policial desde las redadas anticorrupción de diciembre contra empresarios cercanos a él e hijos de ministros. Erdogan culpa de ello al clérigo islámico afincado en Estados Unidos Fethulah Gulen, un ex aliado del que dice que usa a sus seguidores en la policía para intentar derrocar al Gobierno.
El principal partido opositor del AK, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), retrata a Erdogan como un dictador corrupto dispuesto a continuar en el poder por cualquier medio. Hacerse con la capital, Ankara, o Estambul sería para ellos una victoria.
La consulta comenzó a las 8 a.m. (0600 GMT) en el oeste de Turquía, una hora después que en el este, y algunos votantes apoyaban la idea de Erdogan de que es víctima de un complot para derrocarle.
"Hay que ver por qué quieren apartarle del Gobierno ahora. Turquía es un estado nuevo, se está haciendo más fuerte y los grandes países no quieren eso", dijo Vahap Selbuk, de 20 años, estudiante que prepara los exámenes de entrada a la universidad.
En una mañana soleada en un colegio en el distrito de Sisli, en Estambul, otros ven las elecciones como una oportunidad de expresar su oposición al Gobierno de Erdogan.
"Esperamos un rayo de esperanza en las elecciones. Aunque el voto al partido AK no caiga mucho, esperamos que pierdan al menos las grandes ciudades. Si no, estamos pensando en irnos al extranjero", dijo Alper Palabiyik, de 30 años, asesor financiero.
"Será una noche larga para nosotros, pero una noche más larga para el dictador", dijo.
El AK, que llegó al poder en 2002 en una plataforma para erradicar la corrupción que domina la vida en Turquía, espera el domingo igualar o superar los resultados de 2009 - un 38,8 por ciento - y los mercados han permanecido estables esta semana a la espera de un resultado así.
Conseguir menos del 36 por ciento de los votos, algo que no se considera probable, sería un gran revés para Erdogan y desataría una lucha de poder en el AKP. Una votación de más del 45 por ciento, algo que algunos temen, podría dar lugar a un período de saldar cuentas con opositores en política y organismos estatales.
Sinan Ulgen, jefe del grupo de expertos Edam de Estambul, dijo que las esperanzas de que los sondeos puedan traer estabilidad y claridad pueden demostrarse infundadas.
"Hemos llegado a la fase en la que la oposición desafía la legitimidad de Erdogan para gobernar, no sobre la base del apoyo electoral, de que él pierda apoyo popular, sino argumentando que ya no es apto ni adecuado para gobernar hasta que se respondan plenamente las dudas sobre él por corrupción", dijo.
"Esta es una nueva era para Turquía", añadió.
/Por Ralph Boulton y Humeyra Pamuk/