
Telefónica convivirá con el suspense durante los próximos meses en el caso de las que autoridades de competencia muestren sus reticencias a la compra de E-Plus, filial alemana de KPN, por parte de la multinacional española. Entre los escollos más delicados se encuentra el organismo de Defensa de la Competencia alemán, así como la dirección General de Competencia que lidera Joaquín Almunia.
A simple vista, la integración del tercer operador de móvil alemán (E-Plus) con el cuarto operador (O2) no debería dar lugar a muchas objeciones. Sin embargo, la operación se vuelve más delicada cuando la nueva empresa resultante se convertirá en el líder de aquel mercado, por delante de T-Mobile y Vodafone, con más de 43 millones de clientes y unos ingresos combinados de 8.600 millones de euros. Entre otros detalles, la cuota de mercado de O2 más E-Plus sería del 38%, a escasa distancia de sus inmediatos rivales.
El comportamiento de los reguladores de la Competencia determinará en buena parte el éxito o el fracaso del incipiente proceso de consolidación del sector de las telecomunicaciones que Telefónica ha puesto en marcha con la compra de E-Plus.
Voces críticas
Las primeras voces críticas no se hicieron esperar. Un día después de que Telefónica anunciara la mayor operación del año de su sector, por un valor en conjunto de 8.280 millones de euros, las autoridades alemanas de defensa de la competencia (Bundeskartellamt) se mostraron críticas con la audacia del grupo que preside César Alierta. Según informa Efe, el presidente de Bundeskartellamt, Andreas Mundt, deslizó un comentario poco gratificante para los intereses de Telefónica.
"La reducción de cuatro a tres operadores es desde el punto de vista del derecho de la competencia todo menos un éxito, especialmente cuando E-Plus en el pasado era muy activo en la competencia de precios", dijo el árbitro de la competencia alemán, en declaraciones difundidas por Efe. Para moderar su discurso, Mundt reconoció la necesidad de fomentar las inversiones en el sector.
Los analistas ya han puesto el dedo en la llaga al señalar que, desde el punto de vista de competencia, "se limitará el número de jugadores en este mercado a tres". Los expertos de Nomura consideran que "las autoridades locales (German Cartel Office, FCO) podrían tener reservas, aunque es posible que las autoridades de competencia europeas lleven esto a una segunda fase y lo miren ellos mismos. En ese caso, esperamos un trato similar al que se tuvo en la operación Hutchison Orange en Austria el pasado año. Ésto podría erosionar potenciales sinergias pero dados los desafíos que afrontan ambas partes, aún sería un mejor resultado que seguir operando de forma individual. Además, no está claro quién podría comprar un potencias espectro que se tuviera que devolver como compensación", indicaron desde Nomura. En el caso de la compra de Orange Austria por parte Hutchison, los reguladores impusieron el acceso obligado a los OMVs así como la devolución de parte del espectro", explican los expertos de Nomura.
En el supuesto de que los supervisores de la Competencia impidan la operación, Telefónica se vería en la obligación de indemnizar a KPN con 100 millones de euros. Asimismo, en el lejano supuesto de que las juntas de accionistas de KPN o de Telefónica Deutschland echen por tierra la operación, el pago compensatorio rondaría los 50 millones de euros.