Bruselas, 27 feb (EFECOM).- Los reguladores nacionales de telecomunicaciones de los Veintisiete expresaron hoy su rechazo a la creación de la autoridad de regulación a escala comunitaria que defiende la Comisión Europea (CE) en su propuesta para reformar el sector.
Las entidades reguladoras abogan, sin embargo, por mejorar su coordinación a través del Grupo Europeo de Reguladores (ERG) para alcanzar los objetivos que persigue Bruselas, según explicó hoy en una comparecencia ante la Comisión de Industria del Parlamento Europeo el director del supervisor británico, Ed Richards.
El ERG es una reunión informal de los reguladores nacionales en la que se trabaja en la coordinación a escala europea de las medidas nacionales en el ámbito de las telecomunicaciones.
Para la CE, en cambio, el ERG no tiene fuerza suficiente y no ha logrado rebajar los precios ni aumentar la competencia en el sector.
La comisaria europea para la Sociedad de la Información, Viviane Reding, explicó ante los eurodiputados que, por ello, considera necesaria la creación de un regulador europeo que "no reemplazará" al ERG y que debe servir para impulsar la colaboración entre las autoridades nacionales.
"La creación de la autoridad europea que hemos puesto sobre la mesa es el único modo de lograr que los reguladores nacionales desempeñen el papel que deben tener", aseguró Reding.
La comisaria, que consideró que un ERG reforzado no "sería eficaz", destacó además que el regulador europeo tendría que responder ante el Parlamento Europeo.
Varios eurodiputados se sumaron, sin embargo, a los reguladores nacionales y a las grandes empresas del sector y criticaron la creación de la nueva autoridad comunitaria.
Así, denunciaron que la agencia, bajo supervisión de los Estados miembros y de la Comisión, no sería totalmente independiente y estaría llamada a desaparecer cuando la competencia en el sector permita su desregulación.
Una gran mayoría de países europeos -entre ellos España- ya expresó sus dudas sobre el asunto cuando Bruselas presentó sus planes, por lo que varios parlamentarios abogaron hoy por abandonar la idea.
Junto a la autoridad europea, la separación funcional de las redes es el otro punto polémico de la reforma del sector de las telecomunicaciones propuesta por la CE.
La Comisión desea que todos los reguladores nacionales puedan forzar a los operadores dominantes a separar la gestión de las redes del resto de sus negocios con el objetivo de facilitar el acceso de otras compañías y mejorar la competencia.
La medida es rechazada por los grandes operadores como Telefónica, que consideran que la separación funcional perjudicará a las inversiones en nuevas infraestructuras.
El regulador británico (OFCOM), el único que hasta ahora ha aplicado la separación en la UE, aseguró hoy que muchas de estas preocupaciones expresadas por las empresas son "exageradas", aunque señaló que ésta no tiene por qué ser la mejor opción en todos los países europeos.
El debate celebrado hoy en la Comisión de Industria de la Eurocámara es el primero sobre los planes de Bruselas para reformar el sector de las telecomunicaciones, que el pleno podría votar en julio. EFECOM
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