BERLÍN (Reuters) - La canciller alemana, Angela Merkel, dio el miércoles su respaldo al presidente, Christian Wulff, quien se ha enfrentado a una creciente presión para que dimita por intentar conseguir que el periódico más vendido de Alemania no publicara una embarazosa historia sobre un escándalo de un préstamo hipotecario.
"La canciller tiene plena confianza en que el presidente contestará exhaustivamente todas las preguntas planteadas", dijo el viceportavoz del Gobierno, Georg Streiter, en una rueda de prensa, añadiendo que Merkel valoraba el trabajo del presidente.
El escándalo se está convirtiendo en una gran distracción para Merkel mientras ésta trata de centrarse en resolver la crisis de la deuda zona euro. Sus críticos dicen que demuestra un pésimo juicio de la canciller, ya que ella impulsó la elección de Wulff en 2010 frente a un popular candidato de la oposición.
Si Wulff se viera obligado a renunciar, ella se enfrentaría a la difícil tarea de encontrar a un sucesor y reunir apoyos en su coalición de centroderecha para un nuevo candidato, un proceso que llevará semanas y podría exponer nuevas grietas en su gobierno.
Pero tampoco está claro cuánto tiempo puede permanecer al lado de Wulff dada la indignación en Alemania por su conducta.
La oficina de Wulff dijo que rompería su silencio sobre el asunto y daría una entrevista en televisión el miércoles. Muchos consideran que con esto el presidente, un político de carrera afable y conservador, intentaría poner fin al asunto que ha provocado las peticiones de dimisión.
Los problemas de Wulff comenzaron el mes pasado con una información publicada en el diario Bild sobre un préstamo hipotecario a interés más bajos que recibió de la esposa de un rico amigo empresario cuando él era jefe del Gobierno del estado de Baja Sajonia, en el norte del país.
La revelación que dejó un encendido mensaje en el buzón de voz del director del Bild, amenazando con la "guerra" si publicaba la historia sobre el préstamo hipotecario, ha incrementado los problemas de Wulff.
Varios aliados conservadores y políticos de la oposición se han vuelto contra él en los últimos días y medios de comunicación alemanes ha sido duros en sus críticas.
Los alemanes se toman el cargo de presidente muy en serio. El titular del cargo es visto como una autoridad moral que defiende las leyes establecidas en la Constitución, incluyendo un compromiso con la libertad de prensa.
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