CABO CAÑAVERAL, EEUU (Reuters) - Un satélite de investigación de la NASA que no funciona, del tamaño de un autobús, debía caer a la Tierra el viernes, esparciendo sus restos por alguna parte aún desconocida del planeta.
Los científicos fueron incapaces de señalar la hora y el lugar en que el Satélite de Investigación de la Atmósfera Superior (UARS por sus siglas en inglés) aterrizaría debido a los cambios impredecibles en la densidad de la atmósfera, impulsados en parte por la poderosa erupción solar del jueves.
La erupción solar lazó una tormenta de partículas altamente cargadas denominadas halo de eyección masiva en dirección a la Tierra. Cuando las partículas chocan con la atmósfera, hacen que se caliente y expanda, lo que se refleja en la densidad del aire que el UARS se encuentra mientras se desplaza sin control por la órbita.
No obstante, Norteamérica está fuera de la zona donde se espera que caigan el viernes 26 piezas del UARS, que pesan media tonelada en conjunto, según dijo la NASA en su página web.
Dado que la mayoría del planeta está cubierto de agua y vastos desiertos deshabitados y otras tierras bajo la órbita de vuelo del satélite, la probabilidad de que alguien salga herido es de una entre 3.200, según la NASA.
El satélite sobrevuela gran parte del planeta, desplazándose entre 57 grados al norte y 57 al sur del ecuador.
El UARS se puso en órbita con una lanzadera en 1991 para estudiar el ozono y otros compuestos químicos en la atmósfera de la Tierra. Completó su misión en 2005 y desde entonces ha estado perdiendo altitud, arrastrado por la gravedad del planeta.
El satélite es una de las cerca de 20.000 piezas de basura espacial que orbitan por la Tierra. Una vez al año suelen caer en la atmósfera piezas del tamaño del UARS de 5.897 kg.
La NASA dio una rueda de prensa a principios de mes sobre la re-entrada del UARS, y ha estado actualizando diariamente su página web, www.nasa.gov.