NUEVA YORK (Reuters) - Cualquiera que haya fumado marihuana sabe el hambre que provoca, ese deseo de comer cualquier cosa que esté al alcance. Pero un estudio francés ha descubierto que, sorprendentemente, los fumadores de porros realmente son menos propensos a coger peso que los que no los fuman.
Con datos entre más de 50.000 adultos estadounidenses, los investigadores dirigidos por Yann Le Strat, un psiquiatra del Hospital Louis-Mourier en Colombes, Francia, descubrió que apenas entre un 14 por ciento y un 17 por ciento de la gente que decía que fumaba porros al menos tres días a la semana estaba obesa, frente a entre un 22 y un 25 por ciento de tasas de obesidad entre la gente que decía que no los habían probado en los últimos 12 meses.
"En principio, pensamos que habíamos cometido un error", dijo Le Strat, añadiendo que él y el coautor Bernard Le Foll comprobaron los resultados varias veces para asegurarse de que eran correctos.
"Esto es sólo un resultado preliminar. No significa que la marihuana ayude realmente a perder peso, pero quizás haya un componente que lo hace", dijo.
El estudio, publicado en la revista profesional americana de Epidemiología, incluía dos encuestas de adultos estadounidenses - una entre 43.000 individuos y otra entre 9.300 encuestados. Ambas estaban dirigidas por ramas de los institutos nacionales de Salud de Estados Unidos entre 2001 y 2009.
La encuesta de mayor población determinó que un 14 por ciento de los fumadores de esta sustancia eran obesos frente a un 22 por ciento de los que no lo hacía. De igual modo, la encuesta de menor población arrojó que un 17 por ciento de los fumadores era obeso frente a un 25 por ciento de los no fumadores.
De todos los participantes en ambos estudios, entre un cuatro y un siete por ciento dijeron que fumaban porros al menos tres veces por semana.
El hecho añadido de fumar o no cigarrillos no tuvo influencia en estos descubrimientos, aunque los investigadores no miraron si los hábitos de dieta y ejercicio eran diferentes entre los fumadores y los no fumadores.
Según otro estudio reciente de la administración estadounidense de Abusos de Sustancias y Salud Mental, el uso de los porros aumenta en Estados Unidos. Casi 16 millones de residentes en Estados Unidos emplearon marihuana en 2010, un incremento desde unos 15 millones en 2007.
Los científicos han investigado el papel de varias moléculas del humo de la marihuana que producen el efecto de estar colocado, la reducción del dolor y que pueden ser la base del hambre que provoca típicamente el consumo de esta droga.
Se cree que los cannabinoides, moléculas similares a sustancias químicas naturales en el cuerpo, son clave para estimular el apetito - tanto que en 2006 se desarrollo un fármaco denominado Rimonabant diseñado contrarrestar el efecto de los cannabinoides.
Rimonabant se aprobó en más de 30 países, pero no en Estados Unidos, para el tratamiento de la obesidad. Pero el fármaco se retiró de las estanterías dos años después por un mayor riesgo de suicidio entre sus usuarios.
Los investigadores dijeron que quedaba por determinar si los cannabinoides son los únicos estimulantes del apetito en el humo de los porros o si otras sustancias químicas pueden dar explicación a este efecto.
Otros expertos dijeron que los resultados no les sorprendían.
"No hay pruebas de que el uso repetido de la marihuana pueda incrementar el peso corporal", dijo Vincenzo Di Marzo, profesor del Instituto de Química Biomolecular en Pozzuoli, Italia, que no ha sido parte del estudio.
Éste advirtió de que el estudio no muestra que fumar porros ayude a perder peso, pero podría ser el punto de inicio para futuras investigaciones. Le Strat secundó esta opinión y advirtió en contra de experimentar con los porros como una ayuda en la dieta.
"Veo gente que viven con dependencia de la marihuana. Espero que la gente no interprete que los resultados quieren decir que si usan marihuana perderán peso", añadió.