NUEVA YORK (Reuters) - El tradicional club de lectura se ha hecho virtual, gracias a una tecnología que cruza fronteras geográficas y puede llevar a los autores a las salas de estar de los lectores.
Nueve clubes de lectura de diferentes puntos de Estados Unidos participaron en una discusión de una hora de duración este mes con Meg Wolitzer, la exitosa escritora del libro "The Ten-Year Nap", en lo que se piensa que es el primer club de lectura virtual costa a costa con múltiples participantes.
"Disfruté viendo a estas mujeres sentadas ahí, en sus casas en todo el país", dijo Wolitzer, que habló sobre su última novela, "The Uncoupling".
La autora admitió que no estaba segura de lo que esperar durante la charla con miembros de clubes que iban desde Austin, Texas, a Indian Harbour Beach, en Florida, y Lorton, Virginia, y se sintió un poco como el fallecido maestro del ajedrez Bobby Fischer jugando nueve partidas a la a vez.
"Estaba claro que todas estas mujeres eran lectoras apasionadas y atentas", dijo Wolitzer en una entrevista. "Fue un intercambio bastante profundo".
Utilizando una vídeollamada en grupo con Skype, los miembros del club y la moderadora Lesley Jane Seymour, redactora jefa de la revista More, charlaron con Wolitzer sobre el libro.
La revista se asoció con Skype para patrocinar el acto. Los clubes de lectura fueron seleccionados tras participar en una competición.
Wolitzer y Seymour se sentaron ante un enorme monitor que transmitía imágenes en directo de todos los clubes de lectura. En lugar de hablar sólo sobre el libro, los miembros de los clubes pudieron plantear preguntas directamente a la autora, que les respondía después.
Wolitzer dijo que creía que el club de lectura virtual no había sido diferente a uno tradicional, y que era mucho menos formal que una lectura, que según dijo tendían a ser "actos bastante formales".
"Estuve encantada, y hasta cierto punto sorprendida por la apertura y honestidad (de las mujeres)", dijo Wolitzer.
La charla sobre el libro llevó a una conversación general sobre la cultura hoy en día, Internet y sus efectos sobre los niños, la permisividad sexual y el futuro de la lectura.
Como punto débil, Wolitzer se refirió al aspecto social de los clubes de lectura tradicionales, y los actuales límites de la tecnología.