TOKIO (Reuters) - Galletas y zumo vegetal para desayunar, nada para comer y un paquete de arroz con pescado enlatado o carne para cenar. Ni duchas, ni camas y casi nunca un cambio de ropa.
Ese es el panorama de cientos de trabajadores que se afanan en medio de condiciones peligrosas para impedir una fusión nuclear catastrófica en la planta nuclear de Fukushima, afectada por el seísmo y posterior tsunami del pasado 11 de marzo.
"Es similar a una zona de guerra y hay que abordar las cosas, incluyendo proporcionar el respaldo adecuado para los trabajadores, que están sometidos a un estrés inmenso", dijo Hirotada Hirose, profesor de psicología de desastre en la Universidad Cristiana para Mujeres de Tokio.
"Si esto continúa, la productividad y la moral caerán y los trabajadores probablemente cometerán errores. No nos podemos permitir esto", dijo Hirose a Reuters.
Llamados en un principio los "Cincuenta de Fukushima", el número de hombres anónimos que arriesgan sus vidas para impedir que empeore el desastre ha crecido a más de 400. Alabados por la prensa extranjera y en las redes sociales como héroes, también han obtenido la admiración más sosegada de los japoneses.
Pero poco se sabía hasta ahora de las duras condiciones de vida a las que se enfrentan, además de los riesgos de radiación en el interior de los edificios que albergan los reactores nucleares afectados.
El aire que rodea la planta está tan contaminado por la radiación que los hombres tienen que llevar máscaras incluso cuando están en el interior de lo que se llama sala segura, donde duermen y comen. Sólo comen alimentos empaquetados, metiéndoselos rápidamente en la boca en cuanto los abren para evitar el contacto con la radiación.
"No creo que los trabajadores estén suficientemente nutridos a través de la comida que reciben", dijo la revista Sankei Sports, citando a Kazuma Yokota, del organismo de seguridad nuclear, que dio una rueda de prensa donde explicó las condiciones de vida de los hombres.
Más de una docena de trabajadores han resultado heridos en la planta, situada en el norte de Tokio. Dos fueron trasladados al hospital por supuestas quemaduras la semana pasada.
Tras una reunión a las 7:00 de la mañana, los empleados del operador de la planta Tokyo Electric Power (TEPCO) y otras firmas como Toshiba se dirigen a varios puntos del complejo antes de volver al cuarto de seguridad a eso de las 5 de la tarde.
Por la noche, se reúnen para animarse antes de envolverse en mantas para dormir en el suelo.
El portavoz gubernamental Yukio Edano reconoció que podía hacerse más por los trabajadores, pero dijo en rueda de prensa que la prioridad tenía que ser impedir un desastre masivo en la planta.
"Hemos estado haciendo todo lo que podemos por los trabajadores, pero necesariamente no ha sido bastante porque hemos puesto nuestra prioridad en la contención del accidente", añadió.
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