Telecomunicaciones y tecnología

ANÁLISIS-La crisis nipona reaviva el miedo nuclear en Europa

Por Adrian Croft y Daniel Fineren

LONDRES (Reuters) - La crisis nuclear de Japón tras el fortísimo terremoto del viernes probablemente despierte más recelos a los planes de ampliación de este tipo de energía en Europa y dirija la atención a los eventuales costes de un desastre nuclear.

La crisis reavivará la inquietud acerca de la seguridad de las instalaciones nucleares en un momento en que Japón lucha por evitar la fusión de reactores nucleares dañados tras un terremoto y posterior tsunami que podría haber segado la vida de más de 10.000 personas y que ha originado la peor crisis del país desde la Segunda Guerra Mundial.

El desastre es un golpe para la industria nuclear, que disfrutaba de un renacimiento al atenuarse los temores de la opinión pública sobre la seguridad nuclear, quedando atrás en el recuerdo el accidente de la isla Tres Millas en EEUU en 1979 y el desastre de Chernóbil en Ucrania (entonces la URSS) en 1986.

Numerosos países planean nuevas centrales nucleares, considerando esta energía como una alternativa limpia al petróleo y el gas --más caros y con recursos menguantes-- y con el argumento de que las nuevas tecnologías deberían aliviar los temores sobre la seguridad de este tipo de instalaciones.

Sin embargo, activistas antinucleares de toda Europa han tomado el accidente de Japón como una prueba de los peligros de la energía nuclear y dicen que los gobiernos deberían replantearse la construcción de nuevas plantas.

"Creo que hará que muchos gobiernos, autoridades y otros responsables se lo piensen dos veces antes de planificar centrales en zonas sísmicas", dijo Jan Haverkamp, que hace campaña en la Unión Europea para el grupo ecologista Greenpeace, que se opone a nuevos reactores y quiere que los actuales se vayan abandonando progresivamente.

El fabricante francés de reactores Areva y los productores de energía nuclear EDF y GDF Suez figuran entre los jugadores importantes del sector. Las francesas Alstom y Schneider y la suiza ABB y la alemana Siemens también destacan.

MERKEL BAJO PRESIÓN

La canciller alemana, Angela Merkel, cuyo ejecutivo amplió el año pasado la vida operativa de los reactores nucleares de Alemania, dijo que el Gobierno estaba consultando con expertos nucleares y siguiendo de cerca el accidente de Japón.

La fuga radioactiva japonesa llega en un momento difícil para Merkel, cuyo partido conservador afronta tres elecciones regionales en marzo y los temores por la seguridad nuclear pueden ayudar a sus rivales.

El sábado, decenas de miles de manifestantes antinucleares formaron una cadena humana de 45 km desde Stuttgart a una planta nuclear que seguirá operando más tiempo gracias a la nueva política. La protesta estaba planificada antes de ocurrir el terremoto japonés.

El comisario de Energía de la UE, Günther Oettinger, celebrará el martes una reunión con los responsables de seguridad nuclear, los operadores y los constructores de plantas para hablar sobre las lecciones a extraer del accidente japonés.

En Reino Unido, que estudia un gran programa de construcción nuclear para sustituir a las plantas antiguas, el secretario de Energía, Chris Huhne, dijo el domingo que había pedido al inspector jefe nuclear un informe sobre las implicaciones de la crisis japonesa.

Dijo que aunque puede haber lecciones sobre la seguridad, Reino Unido tenía reactores diferentes a los japoneses y enfatizó que Reino Unido no era una zona sísmica.

La diputada ecologista británica Caroline Lucas dijo que el accidente japonés reforzaba la lucha contra la construcción de nuevas centrales nucleares.

"Nunca se podrá descartar completamente un error humano, un fallo de diseño o un desastre natural", dijo Lucas, cuyo partido respalda la eficiencia energética y las energías renovables para que Reino Unido alcance sus metas energéticas y de cambio climático.

Walt Patterson, miembro asociado en el grupo de expertos Chatham House de Londres, dijo que, aunque la crisis japonesa afectará a la percepción de la opinión pública respecto a la industria nuclear, el daño financiero también podía ser grave.

"Alguien va a tener que pagar la factura y probablemente sea el público japonés de una manera u otra", dijo.

"Eso indudablemente va a recuperar el debate en Europa sobre un factor añadido en la dudosa viabilidad económica de estas plantas", dijo a Reuters.

REFERÉNDUM EN ITALIA

Italia, uno de los pocos países europeos propensos a terremotos, es el único del Grupo de los Ocho países industrializados que no cuenta con plantas nucleares.

El primer ministro, Silvio Berlusconi, quiere que en el futuro una cuarta parte de la electricidad del país sea nuclear y el líder del partido PDL de Berlusconi en la Cámara Baja dijo que Italia no modificaría sus planes por el desastre japonés.

No obstante, los acontecimientos en Japón van a estar previsiblemente presentes en las mentes de los votantes cuando Italia celebre un referéndum sobre la construcción de plantas nucleares dentro de tres meses.

Francia, el segundo productor nuclear del mundo después de Estados Unidos, dijo que discutiría posibles medidas de precaución para sus 58 reactores que aportan la mayor parte de su electricidad.

Areva, EDF y GDF Suez no hicieron comentarios.

NECESIDAD ACUCIANTE

La imperiosa necesidad de reducir la dependencia del petróleo, gas y carbón, junto con las emisiones de carbono y el calentamiento climático que producen, harán que probablemente no se descarrilen los multimillonarios planes nucleares en Europa.

"En el calor del momento, animará los llamamientos para poner fin a la generación de energía nuclear, pero cuando pase el tiempo los gobiernos tienen que pensar racionalmente sobre las necesidades de aumento de energía y las emisiones de CO2", dijo una fuente de la industria, que pidió no ser identificada.

"La energía nuclear es un elemento inevitable del mix energético".

Otra fuente de la industria francesa dijo que el accidente nuclear japonés crearía una "prima sobre la seguridad" al mismo tiempo que apoyó la creación de reactores de tercera generación.

Esa fuente dijo que los modelos de reactores de tercera generación como el EPR de 1.650 megawatios (MW) y el Atmea de 1.100-MW , ambos fabricados por Areva, ofrecían la posibilidad de confinar el núcleo de un reactor de fusión, que no es necesariamente el caso en los reactores de Fukushima Daiichi construidos hace más de 30 años.

"No puedo ver cómo lo que está pasando en Japón puede poner en duda el programa británico dada la necesidad de electricidad que tiene el país", dijo la segunda fuente nuclear.

"Por supuesto que esto aumentará las cuestiones de seguridad pero no creo que retrase el proceso de certificación o las decisiones de inversión".

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