Telecomunicaciones y tecnología

Reacio a la fuerza bruta, Israel mira a la ciberguerra con Irán

RAMAT HASHARON, Israel (Reuters) - A finales de los años 90, un especialista informático del servicio secreto interno israelí, Shin Bet, accedió al servidor del depósito de combustible Pi Glilot, al norte de Tel Aviv.

Pretendía ser una prueba rutinaria de la seguridad y las defensas de este punto estratégico. Pero también hizo consciente a los israelíes del potencial de sabotaje real que ofrecían estas infiltraciones de alta tecnología.

"Una vez dentro del sistema Pi Glilot, de pronto nos dimos cuenta de que, además de acceder a datos secretos, también podríamos provocar explosiones deliberadas, sólo con programar una ruta en las conducciones", explicó un veterano del simulacro de Shin Bet.

Así comenzó un proyecto de guerra cibernética que, una década después, expertos independientes consideran la más probable vanguardia de los esfuerzos israelíes para frustrar las ambiciones nucleares de su acérrimo enemigo Irán.

El atractivo de los ataques cibernéticos ha aumentado, según fuentes israelíes, debido a la limitada viabilidad de los golpes aéreos convencionales sobre las distantes y fortificadas instalaciones nucleares iraníes, y a los reparos de EEUU por permitir otra guerra abierta en Oriente Próximo.

"Llegamos a la conclusión de que, para nuestros propósitos, una vulnerabilidad iraní clave está en su información online", dijo un miembro del gabinete de seguridad israelí retirado recientemente, utilizando un término genérico para las redes digitales. "Hemos actuado en consecuencia".

Los equipos de guerra cibernética se enmarcan dentro de las agencias israelíes de espionaje, que tienen una gran experiencia en técnicas tradicionales de sabotaje y están protegidas por el secreto oficial y la censura.

Además, pueden nutrirse de los conocimientos de las empresas comerciales del país, que se encuentran entre las líderes del mundo en alta tecnología, y cuyos empleados son con frecuencia veteranos de unidades de élite de inteligencia informática militar.

"A juzgar por mi interacción con expertos israelíes en varios foros internacionales, puede asumirse sin dudarlo que Israel tiene capacidades avanzadas de ataque cibernético", señaló Scott Borg, director de la Unidad Estadounidense de Ciber Consecuencias, que asesora a varias agencias de Washington en materia de seguridad informática.

El Technolytics Institute, una consultora de EEUU, clasificó el año pasado a Israel como la sexta mayor "amenaza de guerra cibernética" después de China, Rusia, Irán, Francia y "grupos extremistas/terroristas".

Al pedírsele a Borg que especulara sobre cómo podría Israel atacar a Irán, comentó que podría insertarse 'malware' - una abreviatura frecuente para "software malicioso" - para corromper, asumir o destruir los controles de lugares sensibles como las plantas de enriquecimiento de uranio.

Estos ataques, explicó, podrían ser inmediatos o latentes, en los que el 'malware' permaneciera oculto y esperando una señal externa, o a actuar de forma automática cuando la instalación infectada alcanzara un nivel más crítico de actividad.

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