Ahora que los 'drones', los aviones no tripulados que el ejército de Estados Unidos utiliza para misiones de guerra en escenarios remotos, se han convertido en un producto de gran consumo en su versión doméstica, el Pentágono ya experimenta con nuevas posibilidades, como escuadrones de robots voladores que no sólo son completamente autónomos, sino que se coordinan entre sí como haría un enjambre de avispas, y para colmo son tan baratos que son desechables.
El enfoque es completamente distinto al seguido hasta ahora con sus aviones no tripulados, aparatos de tamaño mediano, más pequeños que un caza normal, pero considerablemente más voluminosos que los aparatos teledirigidos que están al alcance de los civiles: herramientas tremendamente precisas pero también caras de construir y de operar.
Ahora, la Oficina de Investigación Naval de la marina estadounidense ha confirmado el éxito en los primeros ensayos de su programa LOCUST, su programa dirigido a desarrollar enjambres de robots de bajo coste.
El principio es simple: un lanzador similar a los utilizados para disparar cohetes de artillería envía al aire y en pocos segundos a varios de estos robots. Una vez en vuelo, los robots se encargan de realizar tareas ofensivas o defensivas.
Para ello, están en permanente comunicación y se coordinan entre sí para que, por ejemplo, algunos de ellos ataquen un objetivo mientras el resto vigila los alrededores en busca de amenazas y dándoles cobertura, como puede verse en el siguiente vídeo.
Por fin, y puesto que estas máquinas han sido diseñadas minimizando su coste, el ejército de Estados Unidos no tiene que preocuparse por recuperarlas, ya que son tan baratas -en términos de presupuesto militar- que no importa si terminan perdiéndose tras cumplir con su misión.
Las pruebas de la citada Oficina Naval se realizaron el pasado mes de marzo en diversas localizaciones, y han servido para demostrar no sólo la viabilidad del lanzador múltiple (tan pequeño que puede montarse en todo tipo de vehículos, desde camionetas a navíos), sino también para comprobar la capacidad de vuelo con carga y, especialmente, las cualidades de los robots para coordinar su vuelo sin intervención humana.
"Este nivel de vuelo autóno y en enjambre no se había alcanzado nunca", ha afirmado Lee Mastroianni, director del programa de investigación, que añade que "al utilizar drones que son desechables y reconfigurables se multiplicará la potencia de combate y se reducirá el riesgo para los soldados".