
Con los drones (zánganos en inglés) empezando a zumbar por las cabezas de medio planeta han surgido numerosos problemas relacionados con la seguridad: aparatos que se interponen en las rutas de aviones comerciales y amenazan con causar un accidente, teledirigidos que sobrevuelan centrales nucleares en Francia causando alertas terroristas... y quizá pronto robots-bomba que ayuden a grupos como el ISIS en zonas en combate.
Así que Estados Unidos, pionero en el uso de aviones sin piloto en escenarios de guerra, se ha puesto manos a la tarea y prepara ya una batería de armas defensivas que le permitan seguir un paso por delante de sus múltiples enemigos, según informa The National Interest.
El temor del Ejército de EEUU no es tanto que sus tropas deban defenderse del ataque aislado de drones suicidas, puesto que de momento las versiones más comerciales y accesibles de estos aparatos siguen siendo relativamente lentas y tienen poca batería, como la amenaza que supondría tener que afrontar a un enjambre de ellos, sin tiempo suficiente para apuntar y dispararlos uno a uno.
El arma que busca el Pentágono es triple: debe ser capaz de detectar a estos enjambres y, además, tiene que ser capaz de inhabilitarlos, bloqueando sus sistemas de vuelo o interfiriendo en sus comunicaciones, y de destruirlos mediante el uso de proyectiles convencionales disparados desde armas de calibre medio y pesado que, previsiblemente, serían operadas de forma automática por un ordenador.
La idea es que ese sistema sea modular y que, como ya ocurre con el potente rayo láser que tiene en funcionamiento en el Golfo Pérsico, pueda instalarse tanto en vehículos del ejército como en instalaciones fijas como cuarteles.
Estados Unidos da así un paso más en la carrera armamentística que está funcionando, de hecho, como la punta de lanza de la investigación en materia de inteligencia artificial y cuyo siguiente paso será, probablemente, dotar a los diversos robots de autonomía suficiente como para actuar y responder en el campo de batalla sin esperar las órdenes de un controlador humano.