
La compañía de Redmond ha sorprendido a propios y extraños en la esperada presentación de la versión de su conocido sistema operativo que está llamado a sustituir a Windows 8.1, y que todos daban por hecho que se calificaría con el siguiente número en la lista: el nueve.
Con la excusa de que la nueva edición será la décima del sistema de escritorio más usado del mundo, Microsoft la ha bautizado, sin más, como Windows 10.
Y ha confirmado que, aunque estará disponible en 2015, tan pronto como el miércoles se liberará una especie de versión de prueba para que los usuarios den su opinión, un proceso que ya es habitual en de sistemas como Ubuntu Linux.
Independientemente del cambio de nombre, el gigante de la informática pretende con esta versión solucionar en la medida de lo posible el enredo que ella misma causó con 8.1, ya que ésta versión presenta una interfaz que se queda a mitad de camino entre el escritorio tradicional y una adaptada a tabletas, y que ha generado numerosas críticas.
En un intento por satisfacer a los usuarios más exigentes, el propio presidente de la compañía en Indonesia confirmaba a comienzos de esta semana lo que se sospechaba desde hace meses: Microsoft ofrecerá a los usuarios de 8.1 que se actualicen gratis a la nueva plataforma.
La nueva versión recupera el clásico menú de inicio, en la parte inferior izquierda de la pantalla, donde además de los programas pueden situarse tiles, los cuadrados y rectángulos de gran tamaño que sirven tanto para mostrar información (ejemplo: el tiempo atmosférico) como botones de inicio rápido.
Windows 10 ha sido diseñado además para adaptarse a casi cualquier plataforma: ordenadores, tabletas y móviles. En el siguiente vídeo de Microsoft se pueden ver algunas de las novedades del nuevo sistema
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