
La conquista del crecimiento inteligente (smart growth) se ha convertido en algo parecido a la búsqueda del santo grial para la UE. Si los últimos años de crisis han sido una terapia de choque para evitar que la nave del euro se hundiera, y reforzar su armazón institucional, la UE intenta hallar la fórmula con la que lograr un crecimiento sólido, sostenible, y competitivo, con una fuerte productividad por el nivel de innovación y no por los bajos salarios.
Parte importante de las respuestas que busca la Unión para esta fórmula se esconden en Finlandia, el país que superó una de las crisis más duras en el mundo desarrollado tras el final de la II Guerra Mundial, gracias a un sistema educativo líder y en un robusto modelo de innovación.
Nokia era la punta del iceberg de este ecosistema. La firma llegó a representar el 4% del PIB nacional, el 1% del empleo, y hasta el 40% del gasto privado en I+D. Pero con la irrupción de los smartphones, y la convergencia de comunicaciones digitales, sistemas de información y electrónica de consumo que representaba, la joya de la corona finesa no pudo capitalizar su liderazgo en el sector del móvil e hincó la rodilla. En paralelo, Finlandia sufría una de las resacas más duras de la crisis en el continente, perdiendo 80.000 empleos entre sus tres grandes sectores (TICs, silvicultura y siderurgia). "Pasamos tiempos muy duros", resume Mika Lautanala, director de Empresa e Innovación en el Ministerio de Empleo y Economía.
Pero algo se empezó a mover desde la base. Un grupo de emprendedores, herederos de un sistema que llevaba tiempo apostando por el capital humano y la innovación, tomó el liderazgo en la revitalización de la Economía. Algunos de sus pioneros, como Peter Vesterbacka (fundador de Rovio, el creador de Angry Birds), empezaron a ayudar a una nutrida generación de programadores e ingenieros, creando Sauna, un prestigioso acelerador de Startups, y Slush, un encuentro entre emprendedores e inversores que se ha convertido en uno de los principales de su género en Europa y Asia.
Y como explica Miki Kuusi, responsable de Slush, no sólo se trata de dinero, también de "contar nuestras propias historias para motivar, porque aquí es más duro que en Silicon Valley", dice este joven de 24 años, representante de una nueva generación que ya ha tomado la alternativa en el sector corporativo nórdico. Helsinki puede que no tenga el glamour del valle, pero definitivamente cuenta con las sólidas raíces para convertirse en uno de los bastiones europeos en el mundo digital. El país se encuentra en medio de una transición lenta pero constante, desde la fuerte dependencia del Goliat Nokia hacia un ecosistema más dinámico y emprendedor, liderado por los productores de juegos como Rovio o Supercell (Clash of Clans). Incluso algunas de estas nuevas firmas proceden de las cenizas de Nokia , ya que el recorte de plantilla (sobre todo tras la compra de su división de móviles por parte de Microsoft), liberó una constelación de talentosos ingenieros. Como le gusta decir a Vesterbacka, "si hace cinco años preguntabas en una clase universitaria quien quería ser emprendedor, sólo unas veinte personas levantaban la mano, pero hoy serían más de la mitad".
Un crecimiento prudente
En medio de esta transición, el Gobierno finlandés mantiene la prudencia sobre el potencial de crecimiento para el futuro, esperando tan solo un 1% entre ahora y el 2030. En un país pesimista por naturaleza, "preferimos ser realistas", explica Lautanala, quien opina que el impacto del mundo de las startups será modesto en un futuro próximo.
Otros son algo más optimistas, como Leena Mörttinen, directora de Competitividad y Crecimiento en la Confederación de Industrias de Finlandia, quien piensa que existen buenas oportunidades futuras ya que el país ya concluyó "exitosamente" otra transición, la del mundo del papel (una de las grandes industrias nacionales) al de la electrónica.
Nokia lleva ya dos años trabajando en su regreso al futuro. La firma, que ya ha pasado por varias reinvenciones en sus 150 años de historia (que cumple en 2015), "está en muy buena posición para su retorno, ya que tiene dinero, genera beneficios, tiene una buena marca y buenos trabajadores", opina Kuusi.
Nuevo despegue
En sus cuarteles generales en Espoo, en los alrededores de Helsinki, su Solution Experience Center acumula casi medio centenar de las innovaciones tecnológicas llamadas a marcar su nuevo despegue, sobre todo en el campo de las redes móviles, su principal negocio. " Nokia solía decir Connecting people, pero en el futuro será Connecting people and things", explica Tommi Uitto, Senior Vice President para Europa Occidental."Y nuestra visión para 2020-2025 es que queremos liderar ese mundo".
En paralelo hacia esa reinvención externa, también ha habido una catarsis interna, aprendiendo las lecciones del auge de las startups y sus rivales en la guerra de los Smarthphones. "Nos hemos deshecho de muchas capas de gestión, para incrementar la velocidad de la comunicación y mejorar la calidad y la fidelidad de la misma", añade Uitto.
Ahora Rovio encara su momento de la verdad, aquel en el que tiene que apostar por soluciones radicales, en vez de pasos incrementales, para seguir en la senda. La estrella de Angry Birds pierde brillo, a pesar de la batería de versiones del juego, con una caída de beneficios del 52% el pasado año que empujaron a un cambio en la dirección con la llegada de Pekka Rantala, precisamente un ex-jefazo de Nokia . Los herederos del espíritu innovador del país confían en aquellos que han portado la llama del cambio a través de varias generaciones, porque "todo se basa en el ecosistema", sentencia Mikki. Por eso, en Finlandia, lo importante no es lo que hace hoy Nokia , o mañana Rovio, sino el salto adelante que se prepara bajo el largo invierno del norte.