La facilidad con la que pueden ser manipulados los smartphones cuando caen en manos expertas ha hecho a muchos expertos juristas plantearse la validez de los mensajes enviados o recibidos a través de servicios como WhatsApp.
El debate se centra no tanto en la admisibilidad general de esos servicios como medio de prueba, sino en la posibilidad de que se admitan sin discusión mensajes que en realidad nunca fueron enviados, o cuya fecha ha sido modificada intencionalmente.
Se debe verificar la prueba
Lus Francisco Rodríguez Palanco, del despacho andaluz HispaColex, era tajante cuando examinaba esta cuestión: la prueba es plenamente válida cuando la proporciona la propia empresa que facilita los datos.
Así, para este experto, para los tribunales no plantearán dudas las copias de mensajes facilitadas -en su caso- por la propia prestadora del servicio como WhatsApp, que como es sabido almacena sine die todos y cada uno de los mensajes que pasan por sus manos.
"Sin embargo", aclara el experto, "si dicha prueba es facilitada por el propio denunciante, requerirá de otros elementos en los que apoyar su veracidad".
Rodríguez Palanco advierte que "es consecuencia lógica de la facilidad con que dichas pruebas pueden ser manipuladas, pues es fácil borrar parte de una conversación. También es posible que sea otra persona, quien mediante el uso de smartphone ajeno, envíe mensajes suplantando una identidad o, simplemente, que dichas pruebas hayan podido ser modificadas por un técnico informático".
¿Qué hacer entonces? La representación legal de la parte contraria a la que presenta esos mensajes como prueba podrá atacarla haciendo que se demuestre que esos mensajes que se aportan constituyen una prueba íntegra. La decisión final estará, en todo caso, en manos del juez o magistrado encargado de ventilar la cuestión.
El Gobierno no ve problemas con WhatsApp
