Sony sabe que uno de sus mayores hitos comerciales fue el Walkman, el reproductor de música portátil para cintas de casete que salió al mercado hace 35 años. Quizá pensando en los usuarios de entonces, la fabricante japonesa acaba de lanzar un producto que no guarda ningún parecido con el original, pero que sí comparte la característica fundamental: es un reproductor, y nada más que un reproductor musical.
El ZX1 es, tal como informa The Wall Street Journal, es más o menos lo contrario de los iPod de Apple: es grande, muy grande. Y caro, muy caro.
"El mensaje para nuestros diseñadores e ingenieros fue que debían crear un buen producto, sin preocuparse del coste final", asegura el planificador de producto de Sony para explicar los 700 dólares que cuesta el aparato, y que lo ponen al alcance sólo de los bolsillos más selectos.
A cambio los compradores -se calcula que en Japón han sido apenas unos pocos miles- disfrutarán de un reproductor fabricado en aluminio de alta calidad y con 128 Gigas de capacidad de almacenamiento, una cifra inédita para escuchar música y que trata de atraer a los consumidores que aseguran ser capaces de percibir que la calidad de la música empeora a tasas de compresión más altas (las que hacen que los ficheros de sonido ocupen menos espacio).
El ZX1, que es más grande que un teléfono y no sirve para llamar, utiliza sin embargo el sistema operativo Android. Es recargable y la duración de su batería se calcula, según Sony, en 32 horas de reproducción ininterrumpida.
Un niño frente a un Walkman
