
Un estudio de la compañía Avast en el que se recogen con todo lujo de detalles los miles de documentos y fotografías obtenidos de las tripas de un puñado de teléfonos móviles comprados en el mercado de segunda mando, y analizados a modo de experimento, ha desatado la preocupación entre los propietarios de terminales con Android instalado.
Tal y como recogía Avast, la mayor parte de los usuarios se conforman con realizar un reset de fábrica al teléfono que deja el dispositivo listo para ser utilizado por otra persona y que, al menos en apariencia, borra todos los datos del anterior propietario.
La técnica, que se ha demostrado completamente inútil si de lo que se trata es de proteger la intimidad del usuario, tiene no obstante una sencilla alternativa: encriptar los datos antes de realizar ese reseteo, tal como recomienda Ars Technica.
La función de proteger los datos de la memoria teléfono, codificándolos y permitiendo el acceso sólo a aquellos que tengan la contraseña, tiene como consecuencia que quien se haga con el terminal una vez reseteado seguirá teniendo acceso a la información, pero tendrá mucho más complicado entenderla.
En pocas palabras, se trata de convertir la memoria interna del terminal en un galimatías que, incluso aunque pudiera ser analizado por quien se haga después con el teléfono, requeriría horas y horas de computación para poder ser descifrado.
La opción para encriptar los datos suele definirse como "Cifrar teléfono" y se puede encontrar en el apartado "Ajustes" de cualquier terminal Android. El proceso puede tardar bastante, incluso varias horas.