
Cuando la factura a pagar por el impuesto de Sucesiones supera los 4.400 millones, se examinan todas las opciones disponibles para intentar que Hacienda se lleve la menor parte. Los herederos del imperio industrial Samsung lo han hecho, y aparentemente tienen pocas salidas, aparte de pagar.
Con la salud del patriarca Lee Kun-hee pendiendo de una cuerda (está ingresado en un hospital del conglomerado desde el pasado 10 de mayo, tras sufrir un ataque cardíaco), Samsung pasará el sábado 7 de junio de puntillas por el 21º aniversario de su refundación.
Es pues el momento de tomar en consideración la creciente posibilidad de que el septuagenario empresario pase a mejor vida, y que sean su hijo Jay Y. Lee y sus dos hermanas quienes se hagan con el control del gigante de la electrónica.
El problema es qu,e para ocupar su puesto, los tres hermanos se enfrentan a una de las legislaciones tributarias del mundo más redistributivas en lo que a las sucesiones hereditarias se refiere, ya que el tipo de gravamen para estos supuestos alcanza en Corea del Sur el 50% de lo heredado.
Hacienda se frota las manos
Si los tres hermanos se hiciesen sin más con las participaciones de su padre en Samsung Electronics y en Samsung Life Insurance, ingresarían activos por valor de cerca de 9.000 millones de euros, lo que implicaría la obligación de pagar hasta 4.400 en impuestos.
La cifra es descomunal en todos los sentidos, y se hace especialmente patente si se compara con los ingresos tributarios anuales por sucesiones en Corea del Sur, que son aproximadamente de un tercio.
En esta tesitura, los herederos pueden hacer más bien poco. Una alternativa es que la familia se deshaga de sus participaciones antes de la muerte y las reinvierta a través de vehículos empresariales, pero eso supondría perder las opciones de controlar el gigantesco barco que es Samsung.
La agencia tributaria surcoreana no ha querido realizar comentarios, pero sin duda los responsables de elaborar los presupuestos estatales deben coquetear a estas horas con la perspectiva de multiplicar por cuatro sus ingresos durante este ejercicio o el próximo.