Tecnología

Linux Mint echa el freno y rebaja su ciclo de actualización a una vez cada dos años

  • En vez de cambiar cada seis meses, se basará en las versiones LTS de Ubuntu

Los impulsores de la distribución (versión) Linux Mint han confirmado que adaptarán el ritmo al que actualizan su sistema al de las ediciones con soporte a largo plazo de Ubuntu, el otro sabor de Linux en el que está basada.

A diferencia de las actualizaciones semestrales, en las que la impulsora de Ubuntu incluye novedades cada mes de abril cada mes de octubre, las versiones LTS de Ubuntu están pensadas para dar prioridad a la estabilidad del sistema, y por eso sólo se actualizan una vez cada dos años.

Sus desarrolladores esperan que, con este frenazo, podrán disponer de más tiempo para centrarse en mejorar las características propias de Mint, al dejar de tener que preocuparse por adaptarlo al paso frenético impuesto por Canonical, la empresa que impulsa a distribución Ubuntu.

En su blog oficial se explica así que el nuevo Linux Mint 17, basado en el recientemente lanzado Ubuntu 14.04 LTS, no tendrá reemplazo hasta 2016.

Si no está estropeado... no actualices

Eso no quiere decir que entre tanto no vaya a publicarse ninguna mejora. Al contrario, y tal y como señala Phoronix, cada seis meses se liberarán paquetes con actualizaciones menores (y prescindibles), denominados como sub versiones: 17.1, 17.2 y 17.3.

Esos tres paquetes estarán basados en las actualizaciones a Ubuntu 14.04 que se irán publicando -respectivamente- en otoño de 2014, primavera de 2015 y otoño de 2015.

Y así hasta la llegada de un nuevo Ubuntu LTS (el 16.04), que saldrá a la calle dentro de poco menos de dos años y que será la base de Linux Mint 18.

Calificada por muchos como un "Ubuntu mejorado", Linux Mint venía siguiendo hasta ahora el ritmo infatigable del software de Canonical y publicaba actualizaciones cada seis meses.

Pese a ello, el sistema no ejecuta automáticamente esas actualizaciones (como sí hace Ubuntu), y sus desarrolladores llegan incluso a desaconsejar que los usuarios se las instalen: "no tiene nada de malo no actualizar. De hecho, puedes saltarte la mayor parte de las nuevas ediciones y quedarte con la versión que ya te funciona".

A modo de regla general, señalan así que "a menos que te haga falta, o que realmente quieras hacerlo, no hay ningún motivo para que hagas un upgrade" de Linux Mint cada seis meses.

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