
Amazon conoce muy bien el patrón de compra de sus clientes, tan bien que ha patentado un sistema con el que procesar el envío de los paquetes antes de que el cliente confirme su pedido.
La patente, conocida como "envío de anticipación", plantea un método por el cual los clientes "evitarán visitar tiendas físicas y reducirá los plazos de entrega de los pedidos, algo que en numerosas ocasiones disuade al cliente de adquirir el producto", explican desde Amazon a The Wall Street Journal.
Amazon se basaría en un logaritmo en el que incluiría pedidos previos, búsqueda de productos, listas de deseos, productos guardados en la cesta de compra, comentarios del usuario en la página e incluso el tiempo que pasa el usuario en la página de un producto o el tiempo que se queda el cursor del ratón encima de un producto, con lo que el usuario está viendo los detalles.
La idea de Amazon es que los posibles productos que el cliente pueda comprar se manden desde la central de Amazon a los almacenes de las empresas de distribución, con lo que si finalmente el cliente confirma la compra, el producto irá de la distribuidora a la casa del cliente, si no, volverá de nuevo al centro de distribución de Amazon cuando haya que cargar el camión.
Además, para evitar las devoluciones, que llevarían un sobrecoste a la compañía de Jeff Bezos, Amazon usaría los productos que ya se han preenviado como artículos recomendados para añadir a la compra cuando se esté comprando algo similar, como hace actualmente.