El periodista que publicó las primeras revelaciones del exagente de inteligencia estadounidense Edward Snowden prometió este lunes divulgar nuevos documentos y dijo que Gran Bretaña "se arrepentiría" de haber detenido a su pareja por nueve horas.
RÍO DE JANEIRO, 20 (Reuters/EP)
Las autoridades británicas utilizaron el pasado domingo leyes antiterrorismo para detener a David Miranda, pareja del reportero estadounidense Glenn Greenwald, mientras estaba en tránsito en el aeropuerto de Heathrow de Londres.
Miranda, un brasileño de 28 años, dijo que fue interrogado durante nueve horas antes de ser liberado sin cargos. La policía confiscó su laptop, teléfono celular y memorias USB.
Greenwald, un columnista del diario británico The Guardian basado en Río de Janeiro, dijo que la detención fue un intento por intimidarlo tras la publicación de documentos filtrados por Snowden sobre programas secretos de Estados Unidos para vigilar Internet y otras comunicaciones electrónicas en el mundo.
Snowden, que recibió asilo en Rusia, pasó a Greenwald entre 15.000 y 20.000 documentos con detalles de los programas de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, por su sigla en inglés).
"A partir de ahora voy a ser mucho más agresivo en mis reportajes. Voy a publicar muchos más documentos", dijo Greenwald en portugués a periodistas en el aeropuerto de Río de Janeiro, donde recibió a Miranda.
"Tengo muchos documentos sobre el sistema de espionaje de Inglaterra. Creo que van a lamentar lo que hicieron", añadió.
En un email enviado más tarde a Reuters, Greenwald dijo que la palabra portuguesa "arrepenter" debería haber sido traducida como "van a arrepentirse" y no como "van a lamentar".
"Me preguntaron cuál sería el resultado para Gran Bretaña y yo dije que iban a arrepentirse de esto por la reacción mundial, cómo los hizo quedar y cómo me fortalecerá a mí, no que voy a empezar a publicar documentos como castigo o revancha que de otra forma no publicaría", explicó.
Miranda dijo a periodistas que seis agentes británicos lo interrogaron continuamente sobre todos los aspectos de su vida durante su detención en una habitación de Heathrow. Según comentó, recién fue liberado y le devolvieron su pasaporte cuando empezó a gritar en medio del aeropuerto.
El Gobierno brasileño se quejó por la detención de Miranda en un comunicado emitido el domingo y dijo que el uso de la ley antiterrorismo era injustificable.
El ministro brasileño de Exteriores, Antonio Patriota, llamó el lunes a su par británico William Hague para expresar su preocupación. Ambos acordaron que los gobiernos deben seguir en contacto sobre el incidente, dijo el embajador británico Alex Ellis en un comunicado.
Muchos brasileños todavía están molestos con las políticas antiterrorismo británicas desde que agentes mataron en el 2005 al electricista Jean Charles de Menezes tras haberlo confundido con el sospechoso de planear un atentado con bomba.
Oficiales de policía mataron a Menezes con siete tiros en la cabeza a bordo de un tren subterráneo en Londres.
Greenwald se entrevistó con Snowden en junio en Hong Kong, desde donde publicó el primero de varios reportes que sacudieron a la comunidad de inteligencia en Estados Unidos al revelar la extensión y profundidad de los programas de vigilancia del uso de Internet y conversaciones telefónicas por parte de la NSA.
Snowden enfrenta cargos criminales en Estados Unidos tras filtrar los documentos.
Rusia rechazó los pedidos de Estados Unidos para deportar a Snowden para someterlo a juicio y le ofreció asilo temporal el 1 de agosto.
La Casa Blanca dijo el lunes que funcionarios de Estados Unidos no pidieron a Gran Bretaña que interrogara al compañero de Greenwald, aunque las autoridades británicas les advirtieron que iban a detener a Miranda.
Brasil, cuya presidenta Dilma Rousseff tiene programada una visita de Estado a Washington en octubre, declinó considerar una oferta de asilo para Snowden.
Pero las revelaciones sobre el espionaje de brasileños han molestado a algunos políticos, que piden una posición más dura en relación a Estados Unidos.
MOLESTOS CON LONDRES
El uso de la legislación antiterrorista contra Miranda puso el lunes presión sobre las autoridades de Gran Bretaña.
El brasileño fue detenido en base al Capítulo 7 de la Ley de Terrorismo 2000, que permite a la policía interrogar a personas que pasan por los aeropuertos del país para determinar si están involucrados en la planificación de atentados terroristas.
En Gran Bretaña, el opositor Partido Laborista instó a las autoridades a explicar cómo es posible justificar la aplicación del Capítulo 7 para detener a Miranda, argumentando que el empleo inadecuado de los poderes antiterroristas puede socavar el apoyo público a ese tipo de medidas.
Michael Mansfield, un abogado de derechos humanos en Gran Bretaña, dijo que la detención de Miranda era "una desgracia" que subrayaba la complicidad entre Washington y Londres en los programas de vigilancia.
"El hecho de que Snowden y ahora cualquiera remotamente asociado a él estén siendo acosados como potenciales espías y terroristas es puramente un estado de opresión", dijo en un email enviado a Reuters.
El Home Office, o Ministerio del Interior, dijo que la detención fue un asunto operacional de la policía. "El Capítulo 7 forma parte esencial de las disposiciones de seguridad británicas", dijo un portavoz del Home Office.
No es el primer incidente relacionado con Snowden que afecta a las naciones de América Latina.
A comienzos de julio, el avión del presidente boliviano Evo Morales debió hacer una escala no programada en Viena, después que las autoridades de España, Italia, Francia y Portugal le negaron el permiso de sobrevuelo porque sospechaban que llevaba a bordo al fugitivo Snowden, un ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos.
El episodio hizo enfurecer a varios gobiernos de América Latina. Los líderes izquierdistas de Bolivia, Venezuela y Nicaragua ofrecieron asilo a Snowden.