La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha señalado que actualmente cuenta con los suficientes recursos como para asumir las competencias de supervisión del mercado audiovisual que la Ley General de Comunicación Audiovisual otorgaba al nonato Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA) y de las que finalmente se encargará la nueva Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Así lo señala la CMT en el Informe sobre el Proyecto de Real Decreto por el que se aprueba el Estatuto Orgánico de la CNMC, al que ha tenido acceso Europa Press. Este organismo regulador, que aglutina entre otros a la actual Comisión Nacional de Competencia(CNC) o la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), tiene entre sus competencias la supervisión y control del mercado de comunicación audiovisual.
En este sentido, la CMT señala que "los medios humanos y técnicos de los que dispone la CMT en la actualidad, que cuenta con personal de perfil técnico, jurídico, económico y periodístico, evitarían la necesidad de tener que subcontratar estas funciones, con la consiguiente racionalización y eficiencia de recursos", uno de los objetivos del nuevo regulador.
Además, apunta que, teniendo en cuenta "las capacidades, conocimientos y aptitudes del personal que presta servicios en la CMT", el Estatuto Orgánico "debería ser claro, en el sentido de establecer una previsión expresa que otorgue preferencia al personal que actualmente presta servicios en la CMT para cubrir puestos de trabajo que vayan a ser necesarios para la puesta en funcionamiento de la subdirección Audiovisual".
En cuanto a la sede de la futura subdirección Audiovisual, la CMT ha instado a que se incorpore en la Ley un apartado que especifique que Barcelona será la sede de la nueva dirección de Telecomunicaciones y del Sector Audiovisual. También demanda que se añadan dentro de dicha dirección la gestión de la aportación para la financiación de RTVE, que actualmente recauda el pago de canales privados en abierto (3% de sus ingresos brutos), de pago (1,5% de sus ingresos brutos) y a empresas de telecomunicación (0,9% de sus ingresos).
El Estatuto Orgánico de la CNMC, que ha analizado en su informe la CMT, regulará la estructura orgánica del nuevo regulador, la distribución de competencias entre sus distintos órganos y el régimen de su personal. El proyecto prevé que sea una subdirección dentro de este organismo la que se encargue de la supervisión del sector audiovisual.
En su informe, la CMT señala que aunque se trate de una subdirección, "tiene entidad y funciones suficientes para ser considerada por sí misma como una dirección propia", ya que asume, "en esencia", prácticamente la totalidad de las funciones que la Ley General de Comunicación Audiovisual encargaba al CEMA, "un organismo autónomo independiente".
UNA FUNCIÓN "SUMAMENTE IMPORTANTE"
Por este motivo, la CMT cree que la futura subdirección audiovisual "debe contener los medios necesarios" para el correcto ejercicio de las funciones encomendadas "con plena independencia y efectividad". Así, señala que la función de la subdirección audiovisual es "sumamente importante y laboriosa, pues desempeñará, a rasgos generales, el control de los contenidos emitidos, el aseguramiento de la pluralidad de la información, así como la vigilancia y seguimiento de otras obligaciones importantes, como la obligación de financiar el cine español, europeo, etc".
Asimismo, recuerda que "otra de las funciones capitales de la CNMC" será el control y seguimiento del cumplimiento del mandato de servicio público de la Corporación de Radio y Televisión Española, "seguimiento, que se extiende no sólo a los contenidos emitidos, sino, entre otros, a la correcta utilización de fondos públicos destinados a ellos".
Todo lo anterior implica necesariamente, según la CMT, que esta subdirección audiovisual cuente con equipos multidisciplinares (formados, entre otros, por juristas, profesionales de la comunicación e informáticos). Además, indica que estas funciones deberían ser desarrollas por la propia autoridad audiovisual, siendo éste el modelo seguido tanto por el Consejo Audiovisual de Cataluña como por el Consejo Audiovisual de Andalucía, que realizan ellos mismos estas funciones y cuentan con medios personales y materiales adecuados para ello.