
Las compañías de Servicios a Empresas se enfrentan a significativos retos, como la transformación digital de su organización, los cambios regulatorios (destacando los del ámbito laboral), la expansión internacional o la transversalidad. Como consecuencia, en algunos casos se están produciendo procesos de concentración sectorial para ganar tamaño y poder ofrecer a los clientes soluciones más completas, eficientes y rentables. El sector agrupa a compañías de empleo, seguridad, limpieza, facility management, contact center y externalización de procesos (BPOs), entre otras, y representa más del 4% del PIB español y del 8% de las personas empleadas, según los último datos del INE.
En concreto, es uno de los más impactados por la inteligencia artificial (IA) y, en consecuencia, es uno de los más avanzados en su adopción, como muestra el hecho de que casi la mitad (47%) de las compañías ya ha incorporado esta tecnología, según datos de KPMG para elEconomista.es.
"La IA supone una revolución para el sector de Servicios a Empresas y su correcta adopción será clave para mantener la relevancia en el mercado y explorar nuevas vías de crecimiento y eficiencia. El alineamiento entre tecnología y talento es más importante que nunca para el sector", señala Francisco José Rabadán, socio responsable de Servicios a Empresas de KPMG en España.
Bajo este escenario, el 83% de las firmas del sector considera que la IA va a transformar los puestos de trabajo actuales. Por su parte, solo el 8% cree que eliminará puestos de trabajo. Asimismo, los directivos del sector Servicios a Empresas califican el nivel de capacidades digitales de su plantilla con un 6.9, en comparación con un 6,3 de media en todos los sectores.
Por otro lado, el 39% piensa que los riesgos de talento (skills gap en inglés) son uno de los tres principales riesgos para su organización. Aunque es un sector heterogéneo, estas compañías presentan denominadores comunes, tales como la significativa incidencia que tienen en sus cuentas de resultados los márgenes comerciales, el elevado impacto en la cuenta de pérdidas y ganancias de los gastos de personal (al ser sociedades en muchos casos intensivas en mano de obra), así como la relevancia que las nuevas tecnologías tienen para conseguir procesos más eficientes que permitan a las compañías ser más competitivas.
Los datos de la firma también reflejan que el 35% de las empresas consultadas se muestra a favor de reducir la jornada laboral a 4 días por semana. Dentro de estas, el 17% lo hace a favor de mantener condiciones salariales y el 18% ajustándolas.