
La pandemia supuso la mayor aceleración digital de la historia. Los cambios son cada vez más numerosos y en menos tiempo conforme la tecnología avanza. En esta evolución participan varios actores como son las universidades o los centros de investigación e incluso los propios emprendedores que son habitualmente los impulsores de nuevas innovaciones tecnológicas.
Hay grandes expectativas para estos años, pero con la vista puesta en finales de la década. Para 2030, habrá grandes desarrollos que ahora mismo pueden parecer de ciencia ficción, pero que serán parte de nuestro día a día. Esta transición se producirá de forma paulatina y sin apenas darnos cuenta, siempre con el objetivo de facilitar la vida de las personas. Un hecho similar a cuando los smartphones o internet se convirtieron en una pieza clave de nuestra sociedad. Avances impensables hace una década y que ahora son considerados como hitos de la historia.
Procesos robotizados
Los procesos de trabajo automatizados están a la orden del día. Cada vez son más los negocios y empresas que optan por utilizar sistemas basados en robots para la realización de tareas especialmente físicas. Una constante que continuará al alza a corto plazo.

Según el artículo Cómo los robots cambian el mundo, publicado por la firma de investigación y consultoría Oxford Economics, se estima que para 2030, 20 millones de empleos en todo el mundo sean ocupados por máquinas.
Esto genera directamente trabajos relacionados. Se espera que existan 450.000 empresas productoras de robots industriales para el año 2025. En consecuencia, el 10% de los procesos de fabricación será cosa de robots para el año 2030 y afectará a la gran mayoría de las industrias. En cuanto a las consecuencias económicas, los expertos estiman que los robots aportarán 5.000 millones de dólares para la economía global en el año 2030, resultado de una mayor productividad.
Esto en parte propiciado por robots rápidamente reconfigurables o de autoaprendizaje, que se adaptarán a las necesidades de los procesos productivos. Sin embargo, en contraposición, se abrirá un debate político, empresarial y ético sobre el papel del ser humano en los procesos de fabricación y su reubicación laboral, así como su papel complementario de las máquinas.
La automatización de procesos generará efectivamente un impulso de la producción económica, pero también fomentará las desigualdades sociales y geográficas, algo a lo que habrá que hacer frente llegado el momento
Conectividad
Los dispositivos inteligentes marcan las tendencias en prácticamente todos los aspectos de la vida. En este sentido, se espera que durante la próxima década se sigan invirtiendo en conectar más y mejor. Aquí entran en juego dos puntos clave: el 5G y el IoT (Internet of Things). Con el desarrollo de estas tecnologías se podrá descargar de manera más rápida y veloz una mayor cantidad de datos.

Gracias a esta innovación será posible incorporar Internet a una gran cantidad de elementos comunes en el día a día. Por ejemplo, la ropa. Los tejidos inteligentes requieren de tecnología basada en la conectividad, que sean capaces de adaptarse al frío o al calor, o mostrar una cierta resistencia ante una caída. Pero también, pueden servir para uso médico, ya que serán capaces de almacenar información sobre el azúcar en sangre o la tensión, entre otras, de un paciente. Esta información es enviada posteriormente a centros médicos donde se analizarán. Se calcula que el aumento de la conectividad puede hacer crecer el PIB mundial para 2030 de 1,2 billones de dólares a los 2 billones.
Los trabajos digitales
La tecnología permite actualmente llevar a cabo tareas de manera totalmente digitalizada. Una de las mejores representaciones es el trabajo incloud o la nube, que permite ahorrar espacio físico, consumiendo menos recursos, y trabajar de manera más ágil y descentralizada, gracias a la posibilidad de almacenar datos de manera remota. Esto permite a las empresas ahorrar costes y trabajar de manera más segura.

El mercado del cloud computing logró en 2021 una inversión total de 155.000 millones de euros, según el informe de la consultora Synergy. Solo en España, la tecnología de la nube puede aportar 228.000 millones de euros al PIB hasta 2030. Además, los analistas creen que este crecimiento se va a extender durante la próxima década.
Medicina
La ciencia biológica vivirá un cambio histórico en los próximos años gracias a las posibilidades que ofrece su aplicación en otras áreas como la computación o la inteligencia artificial. La revolución biológica incidirá con fuerza en las empresas de la salud y la agricultura, pero también en empresas de bienes de consumo, de energía y materiales.
A mayor avances e investigación en la industria, sus desarrollos permitirán ofrecer una mayor personalización de los consumidores que, a su vez, facilitará desarrollar vacunas y medicina hipersonalizada.

Las prótesis controladas con el cerebro son un ejemplo de lo que se puede llegar a conseguir. Accidentes o enfermedades son la causa de que algunas personas carezcan de alguna extremidad. Para hacer sus vidas más cómodas, existen prótesis de diversos tipos, muchas veces demasiado rígidas, no aportando movilidad de ningún tipo.
Ante esta situación, numerosas investigaciones han centrado sus esfuerzos en desarrollar prótesis inteligentes, es decir, aquellas que tienen conexión directa con el cerebro y que permite llevar a cabo estos movimientos solo pensando en lo que se quiere hacer. Una verdadera hazaña.
La implementación de la tecnología en la medicina ha dejado de ser cosa del futuro. Ya en el 2021, el sector de la tecnología médica movió un total de 10.900 millones de euros, según un informe elaborado por Office Of Industry Analysis. Si se aplicasen tecnologías como el 5G o la fibra óptica en intervenciones quirúrgicas a remoto se ahorrarían 2.3 millones de euros al año para los centros.
Tecnologías limpias
El cuidado del medioambiente es uno de los grandes retos a los que se enfrenta actualmente la humanidad. El uso masivo de combustibles fósiles está incidiendo directamente en el entorno y con consecuencias en la salud. Estos son los grandes causantes de gran parte de las emisiones totales de CO2 a la atmósfera y potenciando el efecto invernadero.
La solución pasa por sustituir los combustibles contaminantes por energías renovables provenientes de fuentes naturales (casi) inagotables. La energía eólica, solar o fotovoltaica son algunos ejemplos de como dar respuesta a este problema. Ya existen los paneles solares y turbinas eólicas para captar esta energía; sin embargo, la construcción de las infraestructuras necesarias para su producción en determinados lugares hacen que sean ineficientes.

Este problema es notable en el caso de las turbinas eólicas, ya que requieren de mucho espacio y altura para aprovechar al máximo la fuerza del viento. Así, se ha planteado construir turbinas eólicas suspendidas en el aire para lograr una mayor altura y, por tanto, generar más energía. Ya se han probado prototipos y se espera que se lancen al mercado en el 2030.
Es solo uno de los muchos proyectos en marcha para cuidar el entorno. De hecho, se espera que las inversiones en tecnologías limpias alcancen los 60.000 millones de dólares este año, según un estudio de Rystad Energy.